
En sus correrías en nuestro país, todos lo conocían como Don Ernesto
Desde hace unos días, vuelvo a leer las obras españolas de Hemingway. Fiesta, Muerte en la tarde, El verano peligroso, Por quién doblan las campanas.
Sencillo y genial, arquitectónico y resbaladizo, sangre y coñac, muerte y pasión.
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