domingo, 26 de abril de 2009

EDUARDO GARCÍA


 

Semanas atrás, en esta misma columna, me preguntaba si Córdoba era tierra de poesía o, si bien, era tierra de poetas. Suena parecido, pero no es lo mismo. Con la concesión del Premio Nacional de la Crítica a Eduardo García, por su poemario La vida nueva, he conseguido responder a mi pregunta. Eduardo García no nació en Córdoba, el suyo es un origen mucho más exótico y cálido, Sao Paulo. Desde que conozco a este poeta, reconozco que siempre le he dado la tabarra con lo mismo, mostrándole mi incredulidad porque no le apasiona el fútbol. Edu, es que no me lo puedo creer, que eres brasileiro, Ronaldo, Pelé, Ronaldinho y Kaká, cómo no te va a gustar el fútbol, si fueras australiano lo entendería, pero brasileño... Retomo, Eduardo no nació en Córdoba, pero su voz como poeta, su definitiva conformación personal, y hasta sentimental, me atrevería a decir, se ha construido y crecido en esta ciudad. Por eso, Eduardo ha estado en todas las antologías que se han realizado de la poesía cordobesa o andaluza, y la mayor parte de sus compañeros de viaje le han reconocido como un paisano, como uno más de la banda. El Premio Nacional de la Crítica es el sello de calidad de lo que ya muchos sabíamos desde bastante tiempo atrás, que Eduardo García es uno de los mejores y más grandes poetas que existen en este país. Un sello de calidad que ya exhibió en sus anteriores poemarios, confirmados por premios como el Ojo Crítico, el Juan Ramón Jiménez o el Antonio Machado. En la Literatura, como en otras muchas facetas de la vida, es fundamental que de tanto en tanto el foco ilumine a un nuevo protagonista, descubriéndonos aquello que nosotros sólo éramos capaces de ver a través de las sombras. En el caso de Eduardo, más que a través de las sombras, tendría que ser a través de uno de esos espejos que tan bien introduce en sus poemas. Hoy el reflejo del espejo, privilegiado y reluciente, proyecta la silueta de Eduardo García, poro a poro, píxel a píxel, el poeta en toda su dimensión.

En una de las entregas de mi Novelista Malaleche, en El batallón de los perdedores, mi provinciano y avinagrado protagonista daba cuenta de los poetas –qué novedad-, poniendo especial énfasis en los que denominaba como el Clan de los García, compuesto por algunos de los más prestigiosos poetas de la ciudad: los dos Pablos, José Daniel y el propio Eduardo. Un Eduardo que siempre se ha caracterizado por todo lo contrario, por ser un poeta diferente, lejos de las modas y de las tendencias, comprometido con su propia y personal poesía, a la que ha perseguido hasta hacerla suya como ese tatuaje que se nos cuela en la piel y que ni el bisturí ni los años consiguen esconder. Todas las pasarelas conducen a la tapia/si se es fiel a un deseo/si se sigue su rastro hasta el final/nos aguarda el ladrillo hincado en tierra/la mansedumbre hostil de la costumbre/un olor a madera que envejece/un desfile de escenas repetidas/la cárcel de cristal/sin cerradura. Cualquier poema, cualquier verso, ya sea de la premiada La vida nueva o de las anteriores obras de Eduardo García nos valdrían para confirmar la excelencia de su poesía, así como para conocer su propuesta, su personalidad y el tratamiento que realiza de los grandes temas, a los que aborda desde una distancia invisible y que interpreta bajo sus propios gustos estéticos, que no dejan de ser la aplicación de una poética tan deslumbrante como íntima.

Me gustaría destacar de Eduardo García su vertiente pedagógica. Fiel a sus orígenes, participante en aquellos ya legendarios talleres de la Posada del Potro, como García Casado o Antonio Luis Ginés, Eduardo García se atrevió hace años a publicar Escribir un poema, que se ha convertido en un referente indiscutible dentro de la concepción contemporánea del poema. He empleado el verbo atrever, porque se puede entender el libro de Eduardo García como una obra pionera, el convencimiento concienzudo, sincero y elaborado de que hay claves y herramientas indispensables para la elaboración de un poema que se pueden transmitir y que se pueden aprender. Espero y deseo que el premio conseguido le reporte al bueno de Eduardo García una vida nueva, que la luz que le ilumina hoy permanezca en el tiempo, que su voz le gane la partida al silencio. Y como les decía al principio, el premio a Eduardo García ha conseguido responder a mi pregunta: Córdoba es la tierra a la que llegan los poetas. 


Más información sobre Eduardo García en www.eduardogarcia.eu


www.eldiadecordoba.es

sábado, 25 de abril de 2009

EL ORDEN LA MEMORIA (SINOPSIS)


 

 

El orden de la memoria

de

Salvador Gutiérrez Solís

A LA VENTA EL 7 DE MAYO 

Impactante, morbosa, contundente, una nueva

voz para seguir muy de cerca.

 

 

 

SINOPSIS:

 

Entre la correspondencia diaria, Eloy Granero recibe un sobre que contiene una fotografía. Es una imagen que reconoce perfectamente, que de hecho jamás ha podido olvidar, pero que asalta ahora de pronto la tersa superficie de su vida, una vida de éxito y poder como presidente de la empresa familiar de la que es heredero.

 

Sólo Claudia, la propietaria de la tienda de fotografía en la que Eloy revela sus carretes desde hace más de veinte años, puede haber tenido acceso a esa imagen. Sólo Claudia, la incolora e insignificante Claudia, tal vez tenga en sus manos el desvelamiento de un hecho terrible, y con ello la clave para reestablecer el relato de la vida de Eloy.

 

Las oscuras pasiones, la perversión y el desamparo, la inanidad e incluso un tímido intento de redención, se suceden y se ordenan revelando una existencia que ha transitado la línea de sombra, y a cuyo dibujo, párrafo a párrafo, nos aproximamos cautivados por una indecible fascinación.

 

 

EL AUTOR:

 

Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968) publicó en 1999 La novela de un novelista malaleche, que resultó finalista en el Premio Nacional de la Crítica. En 2005, El sentimiento cautivo (finalista del Fernando Lara de novela 2003 y del Andalucía de la Crítica 2006). En 2006, recupera al novelista malaleche en El batallón de los perdedores. En 2007 publica la biografía Barnaby Conrad, una pasión española, y la tercera entrega del malaleche, Guadalajara 2006. La obra de Salvador Gutiérrez Solís se puede encontrar en decenas de antologías. Ha sido traducido a varios idiomas, ejerce la crítica literaria en diferentes publicaciones y es articulista en El Día de Córdoba.

jueves, 23 de abril de 2009

SÓLO UN MUERTO MÁS, Ramiro Pinilla


 

Si Ramiro Pinilla hubiera trazado una trayectoria literaria “normal”, no me cabe duda de que ahora nos encontraríamos ante uno de los grandes autores en lengua española. Es más, y acogiéndonos a que lo “bueno” y lo “tardío” no casan mal en el refranero popular, a pesar de no haber trazado una trayectoria literaria “normal”, no me cabe duda de que nos encontramos ante uno de los grandes autores en lengua española.

Tras treinta años “apartado” de las grandes editoriales, tras haber ganado el Premio Nadal y el Premio Nacional de la Crítica con su primera novela, Las ciegas hormigas, Ramiro Pinilla ocupó su hueco en el escaparate de la actualidad regalándonos una trilogía tan épica como inmensa titulada Verdes Valles, Colinas rojas, con la que volvió a conquistar los galardones nacionales más prestigiosos.

Debo reconocer que he conocido a Pinilla en su regreso, y también he de reconocer que desde entonces busco su obra, presente y pasada, que saboreo como un raro y exquisito manjar. Antonio B. el Ruso se sitúa en ese presente y pasado que parece coexistir armoniosamente en este autor vasco, que, desde su vuelta, demuestra una vitalidad y fecundidad inusual, muy especialmente si comprobamos su fecha de nacimiento.

Como en Verdes Valles, Colinas Rojas, Ramiro Pinilla acude a su argumentarlo social, sentimental y/o geográfico en Sólo un muerto más. Y no sólo eso, en Sancho Bordaberri, el protagonista de la novela, hay mucho del propio autor. Pinilla, como Sancho, devoró a los Hammett, Chandler y compañía, y como su propio personaje, comenzó a escribir novelas negras en su juventud –necesitado de ser como ellos-, con idéntica fortuna. Y como Sancho, Pinilla un buen día descubrió que las historias, su historia, estaban ahí, sólo tenía que abrir los ojos y contar lo que veía.

Tras una guerra tan cruenta como la nuestra, la extraña muerte de uno de los gemelos Altube, años atrás, no merecía una especial atención. Remitámonos al título: Sólo un muerto más. Sin embargo, la resolución del misterio se convierte en el primer caso del librero/escritor Sancho Bordaberri, bautizado en su nueva faceta detectivesca como Samuel Esparta, en claro homenaje a Sam Spade. Sólo un muerto más es una novela negra, sí, pero es mucho más. Es un maravilloso ejercicio de metaliteratura, de creación en directo, una lección de cómo ha de ordenarse y contarse una historia. El enfrentamiento entre el poeta falangista y el novelista republicano me parece uno de los mejores y mayores ejercicios de estilo que he podido encontrar en una novela.

Y apoyándose en el género, ampliando sus fronteras o mestizando las reglas, Ramiro Pinilla nos habla del nacionalismo, de los desastres y odios generados por la Guerra, de España, del País Vasco, de la importancia de la tierra en la que uno nace y de las sombras que se esconden tras todos nosotros. Además, Sólo un muerto más es un homenaje a la Literatura, y así podemos encontrar el aliento del Quijote, la pulsión de los maestros de la novela negra y los grandes fundamentos de la novela realista. Pero, sobre todo, es la demostración del talento de un hombre/nombre esencial de la Literatura –con mayúsculas, por supuesto- en lengua española.

www.latormentaenunvaso.blogspot.com

EL PRESIDENTE QUE LEÍA A BOLAÑO


 

Recuerdo perfectamente cuando Roberto Bolaño ganó el premio Herralde con Los detectives salvajes. Año 1998. Una obra deslumbrante, ambiciosa, que planteaba una red de historias que el autor iba tejiendo, con la paciencia y la precisión de una araña, hasta conformar un universo literario tan personal como alucinante. Sin embargo, la novela de Bolaño apenas encontró el respaldo de ese ente abstracto que conocemos como el gran público. Los detectives salvajes, casi un año después de su llegada a las librerías, no había agotado su primera edición, y en los mentideros literarios se llegó a calificar como el gran fiasco del momento. Años más tarde, fallecido ya Bolaño, tanto Los detectives salvajes como la inconclusa y extensísima 2666 se han convertido en grandes acontecimientos editoriales en los Estados Unidos. Una eclosión que ya muchos comparan a la que en su día se experimentó con la obra del colombiano Gabriel García Márquez. La escritora Susan Sontag, en primer lugar, y la mega estrella de la televisión Oprah Winfrey, posteriormente, son responsables del conocimiento y auge de Roberto Bolaño en los Estados Unidos. Quien se haya dejado seducir por la obra de este narrador y poeta, tal vez no entienda bien este boom actual. Tampoco es comprensible el silencio que se produjo en 1998, tras la publicación de Los detectives salvajes. La literatura de Bolaño es exigente, no es lo que podríamos calificar como best seller; no es cómoda para un lector poco avezado.

Sigamos. Trato de diseccionar la personalidad de los que me rodean gracias a los libros que leen, las películas que ven, la música que escuchan, el equipo de fútbol preferido o su manera de conducir. Un entretenimiento como otro cualquiera. Con las manos al volante, en los momentos de mayor tensión, somos incapaces de esconder a nuestro ser más primario. Somos más nosotros. El resto de las aficiones citadas parten de la reflexión, y son una elección. La conducción también debería partir de la reflexión, y les puedo asegurar que las trágicas cifras disminuirían considerablemente. José Antonio Griñán será esta próxima semana el cuarto presidente de la Junta de Andalucía. Sin detenerme en cuestiones políticas o coyunturas económicas, a través de mi particular disección de las personalidades apoyándome en las aficiones de cada cual, he de confesar que estoy gratamente sorprendido. Lo explico. Un estudio publicado recientemente nos indicaba que Andalucía ya es una región europea más, no sufre los desajustes de antaño, ha dejado de ser la hermanita pobre con las manos machadas de cal y sangre. No es el paraíso, no, tenemos los problemas que puede tener cualquier otro país o comunidad, lo que no deja de ser una buena noticia, aunque cueste entenderlo. Continúo. Griñán es un gran aficionado a la ópera, el difunto Alfredo Kraus es uno de sus intérpretes favoritos, lo que me habla de un hombre con sensibilidad. Griñán es un amante de la Literatura, más de diez mil libros invaden buena parte de los espacios de su casa; devora la obra de Bolaño, lo que me habla de un lector curtido, de un lector exigente, que no se frena ante la complejidad de una novela y que no se conforma con cualquier texto. Griñán es un forofo seguidor del Atlético de Madrid. Esto, desde mi madridismo confeso, no me vuelve loco, pero desde mi particular análisis, me habla de un hombre de firmes convicciones, resistente ante las adversidades, con una gran paciencia y acostumbrado a situaciones más que complicadas –créanme que es así, y cualquier seguidor del Atlético sabe que no exagero-. Si alguno vez me encuentro con Griñán a la salida de un cine o lo veo conducir ampliaré mi conocimiento al respecto, espero que no sea intercambiando los datos de nuestras compañías aseguradoras. Remato. Dentro de la normalidad que ha adquirido Andalucía, me parece sano, gratificante y absolutamente lógico que nuestro máximo representante político no vaya proclamando a los cuatro vientos que es un fanático de la poesía de Lorca o de Juan Ramón Jiménez, que le encanta ver el atardecer en las marismas mientras escucha a Camarón de la Isla o que canta los goles del Córdoba, del Betis o del Almería. Ya no es necesario seguir reivindicándonos, desde lo local, por encima de todo como si la vida nos fuera en ello. La concepción de Andalucía circula por nuestra sangre sin necesidad de exhibirla como una bandera que enarbolamos ante nuestros antiguos miedos y complejos. Ese tiempo ya pasó. Y retomemos a Bolaño en la despedida, que sólo comenzó a ser el Bolaño que todos conocemos lejos de su tierra de nacimiento, después de años de paciencia y adversidades, y gracias a que algunos tuvieron a bien mostrarnos su talento. El paralelismo con el nuevo Presidente de la Junta de Andalucía es evidente; deseemos todos los andaluces que su obra esté a la altura de la del genial escritor chileno.

El Día de Córdoba

domingo, 19 de abril de 2009

EL SECRETO DE LAS NARANJAS











Este el sugerente título del primer poemario de Juan Ramón Campos. Un poemario que es una celebración de la vida, de las emociones y de esos momentos que siempre permanecen.

Juan Ramón presenta El secreto de las naranjas este próximo martes (día 21), a las 20.30 h., en La Carbonería (Sevilla). Altamente recomendado.

Ilustro esta recomendación con una fotografía del propio Juan Ramón. 

jueves, 16 de abril de 2009

EL ORDEN DE LA MEMORIA

El próximo 7 de mayo podréis encontrar en las librerías de todo el país mi nueva novela: EL ORDEN DE LA MEMORIA.
Cumplo con uno de mis grandes sueños desde que comencé en este oficio adictivo y maravilloso. EL ORDEN DE LA MEMORIA va ser publicada por Ediciones Destino, en su ya mítica colección Áncora y Delfín. Crecí literaria y personalmente entre las novelas de esta colección, y que son indispensables para conocer la literatura escrita en español durante los últimos cincuenta años.
Espero con ansiedad el 7 de mayo, por mi estreno en Destino, la editorial en la que espero seguir creciendo los próximos años, y porque considero que ofrezco con EL ORDEN DE LA MEMORIA la novela más sólida y precisa que he escrito hasta el momento.
En los próximos días os contaré más detalles de la novela, tal vez algún breve avance, y os mostraré, en cuanto pueda, la portada definitiva.

martes, 7 de abril de 2009

NUEVA NOVELA

























Dentro de un mes, el 7 de mayo, podréis encontrar en las librerías de toda España mi nueva novela. Una obra a la que le he dedicado mucho tiempo y esfuerzo. Una obra que espero marque un nuevo ciclo en mi trayectoria literaria. 
En los próximos días os iré adelantando todos los detalles.

domingo, 5 de abril de 2009

NACE LA ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS CULTURALES "JOSÉ MARÍA BERNALDEZ"


El pasado 1 de abril se constituyó legalmente en asamblea la Asociación de Periodistas Culturales de Andalucía “José María Bernáldez”, una organización sin ánimo de lucro, cuyos objetivos básicos son fomentar la presencia de la información cultural en los medios de comunicación, trabajar por la formación y la especialización de los periodistas culturales de Andalucía, defender sus intereses profesionales, velar por el pleno ejercicio de la libertad de expresión en los medios de comunicación en cualquiera de sus soportes y acercar el hecho cultural a la ciudadanía.

Alrededor de medio centenar de periodistas que difunden o elaboran información cultural de forma habitual en Andalucía han estado implicados desde junio de 2008 en la constitución de esta asociación, dedicada a quien estaba llamado a ser su primer presidente, José María Bernáldez, periodista con una amplia trayectoria en la información cultural, fallecido momentos después de presentar una novela en la Feria del Libro de Sevilla 2008. 

La asociación tiene vocación regional y pretende convertirse en el germen de una asociación similar a nivel nacional. Para alcanzar sus objetivos procurará la colaboración de otras organizaciones profesionales y sindicales, así como de las dos Facultades de Comunicación de Andalucía.

Para todos los que estén interesados en pertenecer a esta asociación, ya está abierto el plazo de preinscripción, que se podrá formalizar a través de la página web www.periodistasculturales.esLa Asociación de Periodistas Culturales de Andalucía “José María Bernáldez” hará su presentación en sociedad durante la celebración de la Feria del Libro de Sevilla 2009, organizando unas jornadas profesionales en torno al tema genérico de “Periodismo y Literatura”.