lunes, 29 de abril de 2013

ENTREGA DEL PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2013

El próximo viernes, 3 de mayo, a las 12 de la mañana, en el Museo Provincial de Huelva (Alameda de Sundheim, 13), recojo el Premio Andalucía de la Crítica 2013 por El escalador congelado (Ediciones Destino). Me encantaría que pudieras acompañarme. Te espero! 

viernes, 26 de abril de 2013

FUERA DE CAMPO

por qué travis qué hay de esa oscura pregunta
por qué la casa en ruinas por qué él por qué ella
por qué el verano de mil novecientos setenta y uno

qué tuvo que pasar qué clase de química por qué
la huelga en el sector metalúrgico por qué el atasco
por qué llegaron rendidos y aún así se besaron

como si mi vida les fuera en ello


Nos acerca el calendario a una de las fiestas, hay que entenderla como una auténtica fiesta, que más celebro y disfruto a lo largo del año: la Feria del Libro. Los libros abandonan su hábitat habitual, los anaqueles de las librerías y demás establecimientos, y salen a la calle, a nuestro encuentro. Por unos días, benditos días, ojalá se extendieran a todo el año, lectores, autores, editores, librerías y libros coinciden en el mismo espacio, en la calle, naturalizamos ese momento que la mayoría disfrutamos en la intimidad, y lo compartimos con los demás. Más allá de las ventas, que son esenciales para mantener el sector, el triunfo de la Feria del Libro es ese, el acercamiento, el convertir en cotidiano un acto que debería ser casi una necesidad, puede que biológica, seguro que espiritual, leer, tener un libro –en cualquiera de sus formatos- entre las manos. La llegada de la Feria para mí ya es un motivo de alegría, pero este año con mayor intensidad gracias a la publicación de Fuera de campo, que es la recopilación de la poesía completa de Pablo García Casado. Sucede, y en Córdoba sucede con mucha frecuencia, mucho más de lo que sería deseable, no valoramos lo que tenemos cerca. Lo que entendemos como cotidiano, como próximo, uno más, al que vemos jugando en el parque con sus hijos, o comprando pescado en el mismo puesto del mercado que nosotros, o tomándose una caña en el mismo bareto de la Corredera, no le reconocemos su verdadera dimensión, reducimos esa dimensión. Puede que sea un efecto de lo cotidiano y cercano, no lo sé, pero no me gusta ese efecto que tan bien manejamos en esta ciudad.
No me cabe duda de que Pablo García Casado puede ser el poeta en lengua española más influyente, sorprendente y original de las últimas dos décadas. Y a los hechos me remito. A Pablo le han bastado tres libros, tres poemarios, para consagrarse y, sobre todo, mostrarse, como una voz única y diferente. Todo comenzó en Las afueras, un libro sobre... seguir leyendo en El Día de Córdoba

lunes, 15 de abril de 2013

PÉRDIDAS


De la multitud de frases que José Luis Sampedro nos ha dejado para la posteridad, me gusta una especialmente: La vida es una navegación difícil sin una buena brújula. Y en esa brújula, que desgraciadamente no es buena, desorienta más que orienta, tampoco se nos indica nuestro último día. En los últimos días, de sopetón, puede que compinchados con el calendario, han dejado de navegar tres buques insignias de nuestra cultura durante las últimas décadas. Bigas Luna, Sara Montiel y José Luis Sampedro. Me encanta la definición/calificativo que hemos leído en multitud de medios de comunicación: pensador. Oiga, ¿y usted a qué se dedica? Yo soy pensador. En este mundo donde la acción, la producción o lo concreto son los bienes más apreciados y demandados, nos olvidamos que la idea, la reflexión y el pensamiento son los verdaderos elementos que propician los cambios, los que consiguen que tendamos a la evolución y no al retroceso. Sampedro no sólo nos ha dejado una magnífica herencia literaria, en la que destacan La sonrisa etrusca, ya todo un clásico, y la fascinante Octubre, octubre, también, y sobre todo, una actitud de ser y estar en el mundo. Un guerrillero armado con misiles construidos a partir de lógica enriquecida que siempre citó a todos sus adversarios en el campo de batalla que forman las palabras. La de José Luis Sampedro, por todo, fue una lección de vida por su compromiso, su denuncia permanente de las injusticias, por convertirse altavoz de los marginados, y también lo fue desde un punto de vista meramente humano. Sampedro nos enseñó como enfrentarnos a los años y sus cosas, con y desde la dignidad, pero sin renunciar nunca al activismo y a su compromiso. Si tuviera que señalar un ejemplo de ese término de última generación que es el de envejecimiento activo, no me cabe duda de que no podría encontrar uno mejor que el de José Luis Sampedro.
No nos quedemos con la lata de refresco que flota sobre el inmenso y alucinante océano, no seamos tan sesgados, disfrutemos con la inmensidad, alucinante y bella, del océano en sí misma. No pongamos peros o reparos a la musa, porque Sara Montiel lo fue y lo sigue siendo, porque las musas, como los sueños, siempre son jóvenes y, por tanto, eternas... sigue leyendo en El Día de Córdoba

miércoles, 10 de abril de 2013

EL ESCALADOR CONGELADO, PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2013

Te dejo algunos enlaces: 



















martes, 9 de abril de 2013

EMPLEO

El derecho se ha convertido en privilegio, no todos podemos acceder, contradiciendo a la propia Constitución. Hablamos de lo que más carecemos: Empleo.

Se nos ha ido marzo, no así las lluvias, parecen tener vocación de permanencia, y la cifra de las personas sin empleo ha vuelto a aumentar en Córdoba, contradiciendo la tendencia nacional, que ha experimentado una leve mejoría. Desgraciadamente, sólo es un espejismo, ya que se tratan de contrataciones eventuales y estacionales, consecuencia de la festividad que hemos dejado atrás. Casi 1400 cordobeses más acudieron a las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo durante el mes de marzo, y son ya más de cien mil los cordobeses que no tienen un puesto de trabajo. A menudo nos dejamos atrapar por la fría retórica de los números, sin ver el rostro, las familias que se encuentran atrapadas en esta terrible situación, lo que nos impide calcular y, sobre todo, valorar el drama que estamos padeciendo. Trabajar, tener un empleo, ha pasado a ser en nuestro país un verbo que no todos pueden conjugar, que es muy difícil de pronunciar, salvo para hacerlo en pasado. En sus formas de pasado, con la excepción del que se encuentre ya en la merecida jubilación, es un verbo agrio, duro, frustrante, lesivo. En España, tal y como podemos leer en la Constitución, trabajar ya no es un derecho, ha pasado a ser un auténtico privilegio. En este sentido, desde hace ya demasiado tiempo vivimos en un país anticonstitucional o aconstitucional, ya que sus preceptos no se cumplen. Me dan exactamente igual la prima de riesgo, los piropos de Merkel y demás especies, las palmaditas en la espalda de la comisión europea de turno, los vaticinios de Rajoy en el plasma o el comentario ingenioso de ese economista prestigioso, que fue incapaz de predecir toda esta hecatombe, mientras los datos negativos del desempleo sigan aumentando.
No creo que salgamos del túnel, no veo esa supuesta luz al final –se habrá quedado sin pila-, no me hablen de brotes verdes, que me los presenten cuando alcancen el metro y medio de estatura, que ya estoy cansado de cuentos de la lechera, mientras el empleo, poder tener una nómina, con sus consiguientes contrapartidas, siga siendo un privilegio y no un derecho irrenunciable al que nos han obligado a renunciar...seguir leyendo en El Día de Córdoba

martes, 2 de abril de 2013

TETRAVISIÓN

El salto de Falete, casquería a media tarde, refritos cutres, realities clónicos, la televisión de nuestros días, otro rasgo más de esta Gran Depresión. ¿Por qué lo seguimos llamando crisis?

Durante años he mantenido que la televisión no deja de ser un reflejo o una proyección de la sociedad que la mantiene, aunque también podríamos hablar de un viaje en la dirección contraria, evidentemente con el mismo resultado. No es nada complicado, no tema, no acabaremos citando a Borges, la cosa no da para tanto, sólo es televisión. Tras muchos años de espectador entusiasta, más desde el plano de la diversión que de la documentación/análisis, lo confieso, en los últimos tiempos he abandonado la televisión, aunque también podría decir que ha sido ella la que me ha abandonado a mí, y eso que estaba predispuesto a serle fiel toda la vida. Asqueado, saturado, aturdido, cabreado y, sobre todo, aburrido. Porque la televisión, como concepto, se puede permitir provocar en nosotros cualquier estado de ánimo, es parte de su éxito, gran parte, pero sí alcanza el grado de aburrimiento ya no hay nada que hacer. Entonces es como una de esas parejas, hartos y hartas las unas de los otros, que ya no les queda ni un gramo de interés para lanzarse un reproche, aunque sea canalla. Este invierno puñetero de agua y frío, este invierno nórdico que ya dura más de la cuenta, que molesta más que beneficia, me ha empujado en más de una ocasión a la televisión. Antes de proseguir me gustaría aclarar que cuando me refiero a ver televisión, quiero decir programación habitual, telediarios, realities, concursos y demás, que ver Homeland, Los Sopranos o Modern Family es como ir al cine pero en una pantalla reducida y sin salir de casa. Sabemos de lo que estamos hablando, no creo que tenga que explicar nada más. Y no, no hay que citar a Borges.
Si retomo la definición inicial de la televisión, deberíamos estar ciertamente preocupados. De hecho, lo reconozco, no quiero ser o parecer pesimista, pero estoy infinitamente más preocupado por la crisis social, moral y ética que contemplo a mi alrededor, que por la económica, que también. Dentro de unos años trataremos de adivinar qué fue primero, la gallina o el huevo, el Alien o su perversa criatura... sigue leyendo en El Día de Córdoba