martes, 29 de abril de 2008

HA NACIDO ISABEL

Ayer, a las 22.50 de la noche, en Huelva, nació Isabel, mi segundo hijo, mi primera hija. Sólo tres palabras: somos muy felices.

domingo, 27 de abril de 2008

EL MUSEO DE LOS SUEÑOS INCUMPLIDOS



Durante los últimos días he disfrutado como hacía tiempo que no me sucedía con la lectura de un libro. En apenas tres días, si hubiera contado con el tiempo necesario esa misma noche habría sido devorado, concluí La sexta lámpara del argentino Pablo De Santis. Un autor que sólo conocía de oídas, sobre todo tras ganar el Planeta-América –versión trasatlántica del español-, el pasado año con El enigma de París. Es Santis un escritor que despliega una narrativa envolvente, en apenas unos renglones has caído en su tela de araña, rica en giros y vocabulario, sutil, agradable para el lector, rítmica en el sentido de que cuenta con su propia musicalidad, armoniosa y cálida. También es un escritor que apuesta por la imaginación, por la ensoñación, pero sin desembarcar en las movedizas arenas de la fantasía: como inventor de personajes y vidas. Personajes y vidas que en La sexta lámpara están impregnados de un gran simbolismo, convirtiendo a algunos de ellos en verdaderos iconos de los temas más trascendentales del extinto Siglo XX. Valiéndose de tan poderosas armas, Pablo De Santis nos conduce por el recorrido vital del visionario arquitecto italiano Silverio Balestri, empeñado en construir una obra faraónica, o en este caso babilónica, en el corazón de Nueva York. Una obra que el propio arquitecto bautiza como Zigurat, que no deja de ser una quimera arquitectónica, un imposible que contradice los principios de las leyes físicas. "Lo llamó Zigurat, porque en un principio el plano general correspondía a las torres escalonadas babilónicas, una de las cuales había sido, según la tradición, la torre de Babel".
La sexta lámpara es una magnifica recomendación para cualquier amante de la Literatura, de la novela como espacio que desarrolla y muestra una historia, pero es especialmente interesante para cualquier cordobés, y no porque parte de su trama se desarrolle en nuestra ciudad, para nada, más bien por su tema. Les explico, a medida que avanzaba en la lectura de la novela de Santis, más y más me daba cuenta de como el Zigurat bien podría ser la recreación metafórica, o literaria, del conocidísimo Palacio del Sur, ese megaproyecto que parece predestinado a no dejar de ser una bonita maqueta, con sus hombrecitos y arbolitos a escala, testimonio de una anécdota, una broma –puede que pesada- o de una utopía. La traslación de lo real a lo literario es tal, créanme, que no sólo acaba con la imposibilidad de alzar la obra, no, va mucho más allá, y afecta a los protagonistas principales de la historia. El Zigurat es la obsesión de Balestri en un principio, pero no tarda en ser asumida como propia por la compañía Moran, Morley y Mactran, que en nuestro caso concreto bien podría tratarse del Ayuntamiento de Córdoba.
Embarcados en tal descomunal proyecto, cada vez que arquitecto y compañía se plantean la posibilidad de iniciar la construcción del edificio surge una complicación, modifican planos constantemente, no encuentran un lugar apropiado o les atenazan problemas financieros. Como podrán comprobar, los parecidos son más que notables, y les aseguro que no estoy realizando una interpretación intencionada. Igualmente, aún siendo sólo un plano trazado en un papel, apenas un bosquejo, el Palacio de Zigurat es el origen de multitud de conflictos y discusiones, una arma arrojadiza con la que defenderse y atacar al contrario. Conforme se avanza en la lectura de La sexta lámpara, tuve la sensación de que, en realidad, tanto el arquitecto como la compañía se sentían cómodos dentro del sueño, que el no convertirlo en realidad les provocaba un gran malestar, pero que también les aliviaba, sintiéndose más cómodos en el camino, o creyendo recorrer el camino, que alcanzando la meta. Me temo que mayor paralelismo es imposible, y que, en demasiadas ocasiones, somos mucho más felices en nuestra ciudad proyectando que realizando. Y, como el Zigurat, tal vez dentro de unos cuantos años inauguremos un museo donde podamos ver todos nuestros sueños incumplidos. Me temo que tendrá que ser un museo de dimensiones considerables, o puede que nos conformemos con un plano del Museo de los Sueños Incumplidos. Eso sí, no faltarán los hombrecitos y los arbolitos, a escala, que quedan la mar de monos.



El Día de Córdoba

jueves, 24 de abril de 2008

GUADALAJARA 2006, MÁS MÉXICO


Nueva aparición de Guadalajara 2006 en la prensa mexicana. En esta ocasión, en La Jornada de Jalisco.



La obra está basada en un asesinato ocurrido ese año en el encuentro literario


Describe Salvador Gutiérrez en Guadalajara 2006 el mundo de los escritores que asisten a la FIL



El lector asiste a la denuncia del juego de vanidad e intereses de los premios literarios por encargo


CECILIA DURAN


El escritor Germán Buenaventura asiste a la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara en el 2006, edición en la que Andalucía es el invitado de honor. Piensa que su estancia en la ciudad se limitará a las presentaciones de libros y a las reuniones con colegas, y sin embargo, sucede algo inesperado: un asesinato tan cruel como ridículo, un misterioso robo y se develan todos los secretos del mundo literario.
Con esta trama, el autor español Salvador Gutiérrez Solís, ofrece su libro Guadalajara 2006, recientemente publicado por la editorial Berenice. En él describe con pericia y detalle el privado mundo de los escritores –affaires, revelaciones, hurtos y muerte incluidos– que asisten cada año al encuentro con el libro. Y no se limita únicamente a lo que sucede durante los días del evento, sino que narra la preparación del viaje de los creadores literarios.
Si bien los personajes de esta historia son ficticios, según el autor están basados en escritores reales, a quienes Gutiérrez Solís conoce de cerca. También aparecen testimonios reales de la experiencia mexicana en la FIL 2006 de Juan Cobos Wilkins, Félix J. Palma, Vicente Luis Mora, Salvador Compán o Pablo García Casado, entre otros escritores.
Irónico y punzante, el autor describe los sucesos en torno a la presencia de un grupo de escritores andaluces en la fiesta editorial. Desde los porrazos para “colarse” en la lista de invitados hasta el fatigoso regreso; intervalo donde se delatan falsedades y purezas, y en el que alcanza tiempo para mirar a un país que se debate incrédulo en la retransmisión de la conflictiva investidura del nuevo presidente.
En Guadalajara 2006, Gutiérrez Solís, continúa tras el batallón de los perdedores cargado de ironía, más ácido, más divertido y con más puntería. De nuevo, el lector asiste a la denuncia del juego sucio de vanidad y afinidades interesadas, de los premios literarios por encargo, de los críticos sensacionalistas, y se vislumbran todas las fuerzas, invisibles, que a menudo mueven el engranaje de la literatura.
Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, España, 1968) es autor de ocho novelas, entre ellas La novela de un novelista malaleche (1999), La fiebre del mercurio (2001), Spin off (2001), Más de cien bestias atrapadas en un punto (2003), El batallón de los perdedores (2006) y El sentimiento cautivo (2005), así como del libro de relatos Jugadores y coleccionistas (2004). A lo largo de su ya dilatada carrera literaria ha ganado multitud de premios, como el Universidad de Sevilla (1995), el Juan Valera (1997) y el Diputación de Córdoba (2001), y ha resultado finalista del Andalucía de la Crítica (2000 y 2006) del Nacional de la Crítica (2000) y del Fernando Lara de Novela (2003).
La Jornada de Jalisco

domingo, 20 de abril de 2008

LOS LIBROS DE NUESTRAS VIDAS



Hace unos meses todos los medios de comunicación reprodujeron en grandes titulares los datos más significativos y negativos del archiconocido Informe PISA (Programme for International Student Assessment), que realiza la OCDE en cincuenta y siete países, a varios miles de estudiantes de quince años. Los datos ofrecidos nos mostraron las habilidades y conocimientos de los alumnos en las diferentes materias y asignaturas, de las Matemáticas a las Ciencias Naturales, estableciendo el correspondiente ranking tras la suma de las puntuaciones obtenidas. Los ranking siempre tienen su morbo, y cuando vienen acompañados de una bajada de casi veinte puntos con respecto al informe anterior, más todavía. En definitiva, el Informe PISA suspendió al sistema educativo español, subrayando como uno de los grandes motivos del descenso los bajos índices de lectura de los más jóvenes. “Los estudiantes no entienden lo que leen”, reproducían en grandes titulares buena parte de los medios de comunicación de nuestro país. Indiscutiblemente, los datos del informe están ahí, y son preocupantes, y las medidas deberían ser tomadas con urgencia, ya que algunas de las patas de nuestro sistema educativo flaquean, no cuentan con la fortaleza necesaria, y podemos acabar con la mesa por los suelos y el mantel a jirones. Sin embargo, entiendo que tras la fría realidad que nos muestran los números, los datos y los porcentajes, es fundamental realizar un ejercicio sosegado, objetivo y coherente de interpretación, de traslación a las realidades sociales, históricas y particulares de nuestro país.
La metáfora de la botella, en esta ocasión, viene que ni pintada. Me gustaría que se pudiera ofrecer un Informe PISA de nuestro país, de Andalucía, de los índices de lectura y de los conocimientos de nuestros alumnos en 1940, en 1960 o en 1975, ya que a partir de esos datos si podríamos contar con una imagen más fidedigna de la evolución que hemos tenido en este espacio de tiempo. Estamos mal, y el Informe Pisa así lo atestigua, pero, ¿de dónde partimos? Yo no recuerdo libros en las casas de mis abuelos, era un objeto que, simplemente, no existía. En la casa de mis padres sí comencé a estar rodeado de algunos libros, pero empezaron a poblar las baldas del mueble-bar cuando ya eran ellos mayores, una vez superadas las cuestiones más básicas de la economía familiar. En mi casa hay muchos libros, muchos, y puede que usted ahora esté pensado: ese ejemplo no vale, tú eres escritor. De acuerdo, lo obvio. Cuento con numerosos amigos y familiares que no mantienen ninguna relación profesional con la Literatura, marineros, aparejadores, abogados, comerciales, maestras o dependientes, y en sus casas hay libros, bastantes libros. Y les puedo asegurar que, tal y como a mí me ha sucedido, he preguntado el dato, ellos tampoco recuerdan libros en las casas de sus abuelos, y sólo algunos ejemplares en las de sus padres. En cierto modo, los libros han empezado a formar parte de nuestras vidas, convivimos con ellos y hasta nos los leemos. Porque jamás podré entender ese manido tópico de que se compran libros que luego no se leen. ¿Usted se compra un libro y no lo lee? ¿Usted se compra un CD o una película y luego no lo escucha o ve? Yo, desde luego, procuro disfrutar de mi inversión.
Las Ferias del Libro que se repiten en buena parte del territorio nacional, las salas abarrotadas en Cosmopoética, el trabajo de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, la existencia de un programa televisivo como El Público, la pujanza de las nuevas librerías que se extienden por las ciudades a modo de franquicias, los clubes de lectura, la vigencia de Sant Jordi, la popularidad que disfrutan ciertos escritores, fenómenos como el de Ruiz Zafón, la multiplicación de los blogs y webs o las mareantes cifras de la producción editorial que cada año depara nuestro país nos indican que el libro, y por ende la lectura, forma parte de nuestras vidas, que hemos naturalizado nuestra relación con un objeto –que alberga cultura, emociones, historias, personajes… - que hasta no hace tanto nos era absolutamente ajeno y desconocido. El Informe PISA tiene razón, desde luego, nos marca el nivel de una botella que antes estaba completamente vacía.





El Día de Córdoba

jueves, 17 de abril de 2008

LUIS ARAGONES Y EL BOSTEZO



Jamás habrían podido imaginar los responsables del programa Tengo una pregunta para usted que el seleccionador nacional de fútbol les regalara semejante ración de aburrimiento. Hacía años que un espacio de La Primera no registraba un índice tan bajo de audiencia, a pesar de emitirse en el denominado Prime-Time.

Querido Luis, los escritores de toda España te estamos muy agradecidos...

miércoles, 16 de abril de 2008

LA SEXTA LÁMPARA, PABLO DE SANTIS


Me ha sorprendido muy gratamente la nueva novela del argentino Pablo de Santis, un escritor que no conocía hasta ahora. La sexta lámpara es la historia de una obsesión, de un sueño devorador. El arquitecto italiano Silvio Balestri viaja a Nueva York en 1915 predispuesto a alzar rascacielos que acaricien las nubes. Santis despliega una narrativa envolvente, magnética, que te atrapa desde el primer párrafo. Un descubrimiento, que me incita a leer las anteriores obras de este magnífico escritor.

Muy recomendable.

domingo, 13 de abril de 2008

MÁS DE CIEN BESTIAS ATRAPADAS EN UN PUNTO (fragmento)


Puede que en aquella cuadra no dieran de comer todos los días a los caballos, a lo mejor eso explica el mal genio de los animales, imposibles de montar la mayor parte de las veces, quien se atrevía acababa en el suelo, maltrecho, huesos rotos, puntos de sutura, eran más que habituales, un caballo cabreado es un mal bicho, es inteligente y te la juega a la primera, sabe disimular la rabia, la ira, parecer manso, y te traiciona cuando menos te lo esperas, algunas personas se comportan del mismo modo, qué barbaridad, no es lo habitual, por suerte, esto sería el peor de los infiernos, lo de los caballos de esta cuadra es normal, hasta un pura sangre tiene su parte oscura, su parte de animal animal, no sé si me explico, hablo de animales tal y como los hombres empleamos el término, como insulto, el despiadado juego de las palabras, y sus significados, animales a fin de cuentas, los hay con fama adquirida, como los cerdos, las mofetas y los delfines, no son famas parecidas, lo mismo sucede con las personas, con sus leyendas, y sus tiempos, con sus personalidades, transparentes y turbias, negras y blancas, obtusas y comprimidas, tantas personalidades como personas, individuos individuales, si sucede en los animales, por qué no habría de pasar de la misma manera en los hombres, o con los hombres, como se quiera decir, se nos supone, presupone, inteligencia, eso puede ser una ventaja, pero también una cruz, cruz, otra palabra juguetona, que te puede conducir a la confusión, a la confrontación, a una iglesia, con sus cirios y sus tallas, objetos varios con sus propios significados, de una iglesia robaron todos los cuadros y algunos santos, pobre don Germán, me acuerdo de él como si ahora mismo lo tuviera delante, el catálogo es muy amplio, a eso llaman diversidad, la convivencia entonces es más complicada, en las granjas tienes que separar a los animales, en gallineros, pocilgas o en cuadras, ahí es donde viven y conviven los caballos, alguna coz se escapa, reyertas de caballos, que duelen, que marcan las herraduras, qué barbaridad, los hombres también tienen sus marcas, y sus manías, unas cuantas manías determinan la personalidad de un sujeto, de cualquier sujeto, el sujeto es la persona, cualquier hombre, hay muchas manías, como ustedes comprenderán, conozco un tipo que jamás ha metido la cabeza bajo la ducha, y no huele mal del todo, antes me tenéis que matar, soportable en cualquier caso, se lava a trozos, lo curioso es que es marinero, se llama Bartolo, y cuenta cientos de historias cada vez que regresa a casa, el agua para las ranas, y para las culebras, para los bichos de los charcos, eso solía decir, hablo del tipo que nunca ha metido la cabeza bajo la ducha, se llama Bartolo, les puedo mostrar otro ejemplo, este es más raro, o más curioso, ahora soy yo el que jugueteo con las palabras, el de la siguiente manía es pariente, por parte de madre, primo lejano, de esos primos que se ven una o dos veces en la vida, en toda la vida, en algún entierro o boda, según, este pariente mío toca los pomos de las puertas tres veces antes de abrirlas, se llama Santiago, Tiago le llaman los amigos, es del Norte, yo no me meto en tus cosas, las puertas me merecen un respeto, el cielo y el infierno tienen sus propias puertas, qué pérdida de tiempo, no me extrañaría que la suya fuera una casa sin puertas, qué barbaridad, sería lo más práctico, e inteligente, inteligente como un caballo, esa es la fama, quién la habrá medido, me refiero a la inteligencia, aunque cuando no comen se enfadan, y mucho, le pasaría a cualquiera, es lógico, conozco otras manías, les cuento, algunas son muy íntimas y prefiero callar el nombre de sus propietarios, una amiga mía se pinta las uñas cada vez que se cruza con un gato, las uñas de los pies y de las manos, un trabajo, y de un color diferente en cada ocasión, según el estado de ánimo, qué barbaridad, rojas, verdes, amarillas, da igual, menos de negro se las pinta de todos los colores, con el tiempo se ha convertido en una manía pasajera, rápida, se las pinta muy rápido, ya tiene unos años, ella y la manía, y se ha cruzado con unos cuantos gatos, los gatos son bestias en estado puro, si midieran dos metros no quedaríamos hombres, menudo instinto, cazadores crueles, bestias de verdad, comparto la teoría del tamaño de los gatos, alguna vez lo he pensado, ahora me toca citar mi propia manía, una tonta manía, pero es mi manía, no me gustan los puntos, y pueden emplear la palabra en cualquiera de sus significados, no me gustan, los huyo, los escondo, los obvio y los maltrato, estas páginas que tienen entre sus manos son el mejor ejemplo, fiel testimonio, no les miento, una manía como otra cualquiera, y que ustedes ahora padecen, o gozan, según, para gustos colores, y hay gente para todo, frases que se suelen emplear en estos casos, también hay frases juguetonas, mi sobrino juega con las palabras y con las frases, se llama Juanfran, es hijo de mi hermana, mi hermana se llama Antoñita, como mi madre, tito, me dijo, no es lo mismo acostarse en una cama vieja que acostarse en la cama con una vieja, qué ocurrencia la del niño, sí que ha salido despabilado, y despierto, se llama Juanfran, es hijo de mi hermana, mi hermana se llama Antoñita, como mi madre, con las mismas palabras se construyen frases que son muy diferentes, que dicen cosas muy distintas, vaya qué sí, este niño siempre está con lo mismo, con las guarrerías en la boca, o comiendo, le tengo que esconder la comida, vaya mala bestia, no, mujer, tu hijo no es una mala bestia, malas bestias son las mías, las que tengo encerradas, no seas así con la criatura, si no sabe lo que dice, que no está en la edad todavía, los padres se suelen cabrear con los hijos, dicen que eso es una máxima que siempre se cumple, a veces no, las reglas y sus excepciones, yo creo que en lo de las bestias no hay excepciones, todas son unas bestias por méritos propios...



Más de cien bestias atrapadas en un punto (DVD Ediciones).

miércoles, 9 de abril de 2008

RESACA/HANK OVER. YA SE PUEDE ENCONTRAR EN LAS LIBRERÍAS DE TODA ESPAÑA







Aviso de lectura

No sé si este libro es el camarote de los hermanos Marx. Tampoco sería mala cosa si lo fuere, que siempre publicar un libro marxista es un placer añadido (con permiso del patrón y el respetable público, a quien tanto quiero y a quien tanto debo). En todo caso es mucho más: la punta de lanza de una ola narrativa que reclama un lugar en las playas literarias mientras lucha contra la pertinaz indiferencia de los alicatados acantilados del canon.
Resaca: ese estado de semifelicidad flotante en el que uno o una se despierta después de una noche de viaje hasta el fin de la noche.
Resaca: movimiento de retirada del mar que en su retroceso deja su rastro sobre la arena: conchas, algas y treinta y siete botellas con el mensaje de treinta y siete náufragos: salid de vuestra isla, venid a buscarnos, estamos aquí, entre la noche y las mareas, en las tierras rebeldes de Charles Bukowski. Voces que quieren ser oídas. Ni marx ni menos.

martes, 1 de abril de 2008

GUADALAJARA 2006, RESEÑA MEXICANA


Guadalajara 2006, la tercera entrega del novelista malaleche, comienza su periplo en México, el país que la vio nacer.




Guadalajara
Lunes 31 de Marzo de 2008
Los escritores, dice el ensayista Rafael Reig, no eligen sus temas: los soportan. Avanzan con ellos a cuestas puesto que son los mismos, proles de su creación, responsables del devenir de toda narrativa que presuma de original. Por ello muchas de las buenas obras literarias giran siempre en torno a un mismo tiempo, escena, universo, personaje.Un paradigma de narrador. como el de Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968), quien en el camino de la publicación de varios títulos ha conseguido darle vida a Germán Buenaventura, el Novelista Malaleche, y que en la más reciente entrega,
Guadalajara 2006, se adentra en el mundo de la literatura hispanoamericana con conocimiento de causa. Tanto que la hilarante trama de la novela sucede toda -affaires, revelaciones, hurtos y muerte incluidos- en el marco de la Feria Internacional del Libro de la metrópoli jalisciense.Irónico y punzante, el autor describe los (divertidos) sucesos en torno a la presencia de un grupo de escritores andaluces en la fiesta editorial. Desde los porrazos para "colarse" en la lista de invitados hasta el fatigoso regreso; intervalo donde se delatan falsedades y purezas, y en el que alcanza tiempo para mirar a un país que se debate incrédulo en la retransmisión de la conflictiva investidura del nuevo presidente.Con nombres cifrados o manifiestos los escritores desfilan por la Guadalajara de Gutiérrez Solís: en "el ajetreo de un mercado de abastos, con el griterío de un patio de colegio, con el entusiasmo de un estadio de futbol". Espectadores de un juego insólito en el que "somos como los agricultores: generamos el objeto del negocio, pero no somos el negocio; el dinero está en los intermediarios".Escrita por un narrador convencido de que se pueden albergar varios en uno mismo, Guadalajara 2006 recuerda la novela de Manuel Vázquez Montalbán, El premio, donde Carvalho cabalga en busca del asesino del financiero Lázaro Conesal (quien lava su imagen ante la hacienda convocando al mejor remunerado premio literario) en la misma cena del fallo-entrega.



Mauricio Flores (Diario Milenio)