lunes, 31 de marzo de 2008

sábado, 29 de marzo de 2008

MOTEROS

He conducido varios kilómetros en dirección a Córdoba. La mayoría de los puentes, de los cambios de sentido, estaban abarrotados. Aplaudían a los moteros, que se dirigían al circuito de Jérez. Es un fenónemo que no termino de comprender.
Nunca he visto en los tendidos de una plaza de toros a alguien vestido de torero (salvo el friki de turno). En los estadios de fútbol los hinchas se cubren con las camisetas de sus equipos, pero no van vestidos de futbolistas. No se me ocurriría ir a una feria del libro con el portátil y un diccionario -y tampoco se lo he visto hacer a ningún compañero, y eso que algunos son la mar de raritos-. No entiendo a los moteros...
Me temo que tendré que pasar una mañana, tal vez parte de la tarde, en uno de los puentes que atraviesan la autovía.

martes, 25 de marzo de 2008

EL CLUB DE LA MEMORIA, EVA DÍAZ PÉREZ



Tras las espléndidas Memoria de Cenizas e Hijos del Mediodía, Eva Díaz Pérez nos descubre en El Club de la Memoria -finalista en la última edición del prestigioso Premio Nadal- algunos rincones luminosos y vibrantes de una España demasiado negra.
Conmovedora narración sobre la amistad, el exilio y los sueños truncados. Recuperación y reivindicación necesaria de una generación de españoles que durante varias décadas ha convivido en el cajón del olvido.

domingo, 23 de marzo de 2008

TARDE DE TOROS




Qué les puedo decir, no lo sé explicar con palabras. Cómo medimos la emoción, cuál sería el sabor de los aplausos. A qué huele el miedo. Creció escuchando las historias más legendarias. Memorizó los apodos, las ganaderías, las fechas más significativas, esas que están teñidas de sangre y oro. Las imágenes corroboraron las palabras. Un día decidió que él también quería formar parte de la leyenda. El nombre de los astados escritos en las bolitas de papel de fumar que brincan dentro del sombrero. Belmonte toreó una tarde como ésta, tal vez hizo el paseíllo junto a Joselito, contratada la corrida de Talavera. Puede que piense el joven torero en la habitación del hotel. Siendo niño escuchó que alguien le dijo que Cagancho soñó durante decenas de noches una faena que nunca pudo ejecutar. También le contaron que El Niño de la Palma, antes de entregarse al eterno beso de una botella, descubrió en sus propias carnes el precio del triunfo. Más vale una noche en el calabozo que mil en el cementerio. En Los Corales tomaban café y anís del Mono y, sobre una mesa de mármol, hablaban de sus cosas, cosas de maestros. El joven torero descubrió esa emoción que las palabras y las imágenes le habían transmitido en su primera tienta. El aire cortado, el silencio del miedo, el corazón en la garganta. Por la habitación, como devotos en busca de rozar con su mano el milagro, desfilan amigos y familiares, aficionados, toreros retirados, novilleros sedientos de éxito, mujeres misteriosas. El joven torero mira a todos los visitantes, pero no reconoce a ninguno de ellos. ¿Dónde estaba toda esta gente cuando mi padre se hipotecó para pagarme los novillos? Este bullicio no se parece en nada a la soledad del campo, a las mañanas de rocío, toreando de salón bajo un olivo. Las muñecas duelen, los dedos engordan, la muleta pesa demasiado dos horas después.
Con la espada en la mano le explicaron el secreto de Ordóñez, y le dibujaron la dirección que tomaba Marea. Una copa de coñac tras concluir la tienta. El joven torero ha creído ver la barba blanca de Hemingway en uno de los tendidos de sombra. Fumaba un grueso puro y le acompañaba una hermosa mujer morena de rasgos felinos. Corrochano, Cossío y Zabala toman nota en el callejón. El apoderado le repite que las orejas de esta tarde son diez contratos firmados. San Sebastián, Valladolid, y puede que Madrid, si montas un lío. Los tendidos fabrican una ola cadenciosa y silenciosa, el albero tiñe las suelas. Nadie ha hecho el paseíllo como Curro: hay que ser torero hasta para pedir la vez en la panadería. A Manolete le trajeron a Arruza para que no se durmiese en los laureles. Ya había conocido a Lupe Sino en Chicote, y gastaba esas gafas tan grandes y tan negras y esa mirada de anciano. El joven torero contempla tras la ventanilla del automóvil el revuelo que hay alrededor de la plaza: los reventas, los vendedores de puros, los curiosos, los aficionados, los turistas. Ya queda menos, el estómago es el que marca las horas. Hasta Dominguín tuvo miedo, mucho miedo. Y El Estudiante, y Espartaco y Camino, y todos los Litris y José Tomás, y Sánchez Mejías y Bienvenida, todos.
La gloria viaja en el lomo de este toro negro que trota sobre el redondel. Le gritan desde el callejón, le muestran un capote y el animal se dirige a su encuentro. El joven torero se ajusta la montera, se afila las cejas y mira hacia el cielo antes de pisar el albero. Ponce dobla las piernas como un bailarín, Curro ya se habría inventado media verónica, Rafael puso Jerez boca abajo, a Morante le gusta quedarse muy quieto. Tras una parada de unos segundos, el toro obedece la llamada del trapo que se balancea a escasos metros. Como me entre recto le hago una tanda de seis o siete. Todas las imágenes, todos los nombres y fechas aprendidas durante los años desfilan por su cerebro a toda velocidad, en un segundo. Un segundo con la distancia infinita de la eternidad. El joven ya no aprieta la tela, es una nueva piel que se le ha adherido al cuerpo. Si conseguiría congelar en sus dedos la emoción tal vez podría paladear el exquisito sabor de los aplausos. Un intenso y nuevo aroma rodea al joven torero: ya conoce el olor del miedo.
El Día de Córdoba

martes, 18 de marzo de 2008

HANK OVER. RESACA




El 11 de abril estará en todas las librerías de España la antología Resaca / Hank Over. Un homenaje a Charles Bukowski, coordinada por Patxi Irurzun y Vicente Muñoz Álvarez.

Se presentará en varias ciudades de España: Madrid ( 23 de abril ), Zaragoza ( 11 de abril ), Barcelona, León, Pamplona, etc

La portada es del dibujante Miguel Ángel Martín.

En ella se dan cita 37 autores que rinden, mediante poemas y relatos, su particular homenaje a uno de los poetas y escritores que más ha influido en su escritura: Charles Bukowski, el mítico autor de Factotum, Hijo de Satanás, La senda de un perdedor, Escritos de un viejo indecente o Peleando a la contra, creador del alter ego Hank Chinaski (de ahí el guiño en el título, que juega con el nombre Hank y la expresión “Hang Over”, que significa “Resaca”)

La editorial que publica el libro es Mondadori, dentro de la colección que dirige Constantino Bértolo: Caballo de Troya.

Hemos abierto un blog con información de los autores y del mundo Bukowski: http://hankover.blogspot.com

Se prevé que la antología sacuda el panorama literario español por la numerosa lista de autores antologados en alza, que abarcan desde representantes del Realismo Sucio y la llamada Generación Nocilla, hasta cantautores y vocalistas, poetas y escritores.


Los autores reunidos abarcan edades comprendidas entre los 25 años (la más joven) y los 58 años (el mayor).

Lista de autores:

Eva Vaz, Hernán Migoya, Miquel Silvestre, Raúl Núñez, Vicente Luis Mora, David González, Sergi Puertas, Alfonso Xen. Rabanal, Karmelo Iribarren, José Angel Barrueco, José Daniel Espejo Balanza, Vicente Muñoz Álvarez, Lluís Pons Mora, Javier Marroquín, Agustín Fernández Mallo, Josu Arteaga, Pablo Casares, Kike Babas, Kike Turrón, Pablo G. Bao, Ignacio Escuín Borao, Ana Pérez Cañamares, Kutxi Romero, José Manuel Vara, Lucas Rodríguez Luis, David Murders, Manuel Vilas, Roxana Popelka, Sofía Castañón, Sor Kampana, Angel Petisme, Salvador Gutiérrez Solís, Nacho Abad, Safrika, Patxi Irurzun, Abel Debritto, Eloy Fernández Porta.

domingo, 16 de marzo de 2008

LA SUITE DE MANOLETE



La suite de Manolete no se encuentra en Linares, en aquella fatídica tarde de agosto de la que nos han contado tantas cosas, tampoco la podemos ubicar cerca de la Avenida Cervantes –Santa Marina queda lejos-. Me inclino más por un espacio conceptual, vinculado a las emociones, a las sensaciones, que se mantienen y perduran a pesar del tiempo y de la geografía; pero tampoco quiero yo dar más pistas. La suite de Manolete es un magnífico título para una película, que yo creo que filmaron y que algunos hemos vuelto a ver de nuevo, escondida, como un sueño fascinante y enérgico, entre las palabras de una novela. La suite de Manolete es, en definitiva, la última propuesta de Joaquín Pérez Azaústre, la más reciente travesía de este incansable marinero en el –a veces revuelto- océano de la Literatura. Ganadora de un premio tan prestigioso y prestigiado como el Fernando Quiñones, La suite de Manolete es una apasionante novela que aún respetando el género con fidelidad, se zambulle sin miedo y con armonía en otros muchos, del cómic a la propuestas más contemporáneas, recreando un espléndido mosaico de personajes y situaciones. Narrativamente, Joaquín encontró su voz definitiva, supo que clase de escritor quería ser, en América, una sensual y elegante recreación de la Generación Perdida, un cálido –y devocional- homenaje hacia todos aquellos autores que construyeron los cimientos de la mejor Literatura norteamericana. Tal y como me ha ocurrido a mí –adicciones literarias-, Joaquín no se quiso despedir definitivamente de su personaje fetiche, Felton, y lo devolvió a la vida en El gran Felton, en donde la metaliteratura y la intriga conviven perfectamente.
Sin América y El gran Felton tal vez no habría sido posible La suite de Manolete, que no deja de ser un nuevo escalón ascendente en la trayectoria de Joaquín Pérez Azaústre. El nadador sigue descubriendo su propio océano, sin ahogarse, sin arribar en playas extrañas o indeseadas. Contradiciendo a su propio título, no se trata de una novela taurina, aunque la figura de Manolete, sobre todo su alargada leyenda, esa que nos traslada a la épica en la España más negra y terrible, se vislumbre cada pocas líneas. Plasma a la perfección Joaquín en su nueva obra la vida del escritor vocacional, el que almuerza macarrones todos los días, el que vive en un microapartamento al más puro estilo Trujillo, pero que pasa las noches tomando gintonics –invitados, preferiblemente- en el Círculo de Bellas Artes, en el añejo Café Gijón o en el Ritz. También es una novela sobre la ambición, del deseo de escapar de la realidad para inventarse una nueva, aunque sea comprándola a golpe de talonario. Es alevosamente nocturna, elegante y gamberra, afrodisíaca y salvaje, bella y deprimente, alocada y serena.
Pero, sobre todo, La suite de Manolete es una novela de personajes, de prototipos que la sociedad de nuestros días nos ha regalado con tanta frecuencia. Y así podemos ver a un magnífico ejemplo de esa cultura del pelotazo que fabricó prepotentes millonarios de la mañana a la noche, a esa actriz curtida en mil noches y mil sábanas con tal de alcanzar la ansiada gloria o ese joven en la frontera, la edad adulta acechando al otro lado, en un Madrid que ya no es tan divertido, en el que apenas se mantienen unos tibios rescoldos de lo que hoy todos ya conocemos como la Movida. Además, es La suite de Manolete la novela más cordobesa de Joaquín Pérez Azaústre, y no sólo por su título, por los pasajes que se desarrollan en nuestra ciudad, algunos de ellos cargados de una extraordinaria fuerza visual. Motivos más que suficientes, además de otros muchos que el espacio me empuja a obviar, por los que acudir a la librería más cercana y zambullirse en una novela tan deliciosa como entretenida, tan elegante como vital.
El Día de Córdoba

jueves, 13 de marzo de 2008

ARTIC MONKEYS, QUÉ GRUPO MÁS ABURRIDO



Cada poco, desde las Islas nos cuentan la misma historia: ha nacido el gran grupo de los últimos tiempos. En esta ocasión, la afirmación no puede ser más engañosa y decepcionante. Pop recurrente, poca sangre, ningún pulso, metódicamente aburridos. Sin las grandes bandas del pasado, los Monkeys no pasarían de mediocres. Pero como el pasado se conserva en nuestros oídos y en nuestra discografía, lamentable corta y pega, corta y pega y bostezo porque me toca.

martes, 11 de marzo de 2008

INOPIA, JUAN MANUEL GIL


A la atención de los señores usuarios.
Se ruega a los lectores que no intenten devolver a las estanterías los libros consultados. Reconocemos su buena voluntad, pero los bibliotecarios hemos sido preparados para eso. Recuerden que un libro mal colocado es un libro perdido para siempre. ¿Es ésa la biblioteca que queremos?


Tras Guía inútil de un naufragio, Juan Manuel Gil regresa con Inopia, un texto inclasificable, intenso, certero. Un nuevo acierto del Gaviero, siempre exquisitos, y dos pasos adelante de Juan Manuel.

martes, 4 de marzo de 2008

DINERO, PABLO GARCÍA CASADO


Las afueras nos sorprendió.
El Mapa de América nos conmovió.
Dinero abruma.
Si afirmo que nos encontramos ante el mejor poemario de los últimos años, no exagero.
Para muestra, un poema:
Ajuar

“Vendió su casa para pagar las deudas, sólo se quedó lo necesario. Estamos bien, dice, un piso más pequeño, más fácil para limpiar. El resto está en una nave que tiene su hermano en el polígono. Vitrina Luis XV, cómoda de caoba, vajilla, protegidas del frío y la humedad por un plástico transparente. Todos los domingos, muy temprano, toma el autobús hasta el polígono con una bolsa de trapos y productos de limpieza”.

domingo, 2 de marzo de 2008

sábado, 1 de marzo de 2008

BARDEM



Ahora rescatan sus fotografías de su época juvenil en la selección española de rugby, pero los que amamos el cine lo pudimos ver por primera vez, hace años, recogiendo cables, casi como figurante, en una película de Almodóvar. Poco después protagonizó un videoclip de Los Sencillos, aquel grupo catalán con sonido sesentón. La primera oportunidad real, el primer trabajo con dimensión y recorrido –y sobre todo minutos-, le llegó de la mano del siempre delirante –y a ratos excesivo- Bigas Luna, en la ya mítica Jamón jamón. Una recreación posmoderna –pero al mismo tiempo muy cañí- de los grandes temas y estereotipos hispanos. Javier Bardem, carambolas de la vida, debutó al mismo tiempo que nuestra amada y admirada Penélope Cruz, y muy rápidamente se convirtió en uno de los más firmes y prometedores referentes de la cinematografía nacional. Recuerdo que cuando contemplé la entrada de Bardem, macarra desde el gesto a los calcetines, bailando con su camiseta remangada, en aquella discoteca de polígono industrial, rápidamente intuí que nos encontrábamos ante una arrebatadora fuerza interpretativa.
Posteriormente, tras su impactante debut, Bardem escogió escrupulosamente sus películas, sin renunciar a ningún genero –de la comedia de Boca a boca a la crónica urbana y terrorista de Días contados-, y demostrando un constante y espectacular crecimiento. En Los lunes al sol, crítica y público, por igual, quedamos asombrados de su capacidad, bajo la piel de Santa, uno de los grandes personajes que no ha reportado el cine español en su ya dilatada historia. El dúo formado por Fernando León y Bardem se adentró con minuciosidad, sin tópicos, con dureza y hasta con humor, en un tema tan delicado como es el paro. Previamente, Bardem ya había sido nominado a los Oscar, gracias a su excelente interpretación del escritor cubano Reinaldo Arenas, en Antes de que Anochezca, aunque aquella fue casi una nominación exótica o colorista, ya que nunca estuvo en las quinielas de las apuestas.
Cuando parecía que Bardem ya se había instalado en el techo/paraíso de la cinematografía, aparecieron los hermanos Coen y le regalaron uno de los más arriesgados y complicados papeles que hemos podido contemplar en la pantalla en los últimos años. No es país para viejos no es la mejor película de los Coen, no, pero tengamos en cuenta que cualquiera de sus obras es bastante mejor que el 90% de los títulos que podemos encontrar en la cartelera durante cualquier época del año. Eso ya es mucho. A diferencia de Expiación, que maltrata el maravilloso texto de Mcewan, No es país para viejos es más que una brillante y respetuosa adaptación de la novela homónima, del áspero y exacto Cormac Macarthy. Más allá de la representación física, menudo peinado tuvo que soportar durante los meses que duró el rodaje, Bardem interioriza y exterioriza la representación de un asesino sin escrúpulos, obsesionado con cumplir su misión a cualquier precio, juguetón y terrible con las vidas ajenas. Tras ver la película, abrumado por la interpretación del español, me estuve preguntando un rato por qué lo habían nominado como mejor actor secundario, ya que su presencia, tanto temporal como argumental, es principal. En realidad, en No es país para viejos todos los actores son secundarios, la ambición es la verdadera protagonista, o, incluso, el desierto, tal y como lo fue la nieve en la magistral Fargo, muy por encima de la intriga que podamos intuir refugiada en la historia. Sí, ha ganado Javier Bardem el Oscar, sí, ha sido el primer actor español en conseguirlo, y, seguramente, no será la última vez que lo veamos recorriendo la alfombra roja en una ceremonia de entrega, esperando a que digan su nombre. Y cuando Bardem recibió el Oscar, tras dedicárselo a su familia y a sus compañeros de profesión, se lo dedicó a toda España, lo que tuvo que provocar un hondo malestar en un algún descerebrado de las ondas radiofónicas. Con Javier Bardem no podemos decir aquello de que ha nacido una estrella, tampoco tiene pinta de que vaya a adoptar esa pose, sólo es la constatación de que el talento no entiende de fronteras.
El Día de Córdoba