Bifurcaciones,
laberintos, conductos, cercanías, caminos, atajos, pasadizos, túneles, encrucijadas,
distancias, conexiones, conexiones, conexiones. Hablemos de conexiones.
Mantengo
una relación definitivamente bipolar, o de amor/odio –rechazo/afinidad-, con la
literatura de Haruki Murakami. Conexión, puede ser. Hay libros de Murakami,
algunos incluso vitoreados por la crítica como soberbios, deslumbrantes y demás
adjetivos grandilocuentes, que no he soportado por diferentes motivos. Tras
sesenta o setenta páginas he tenido la terrible sensación de estar perdiendo el
tiempo, que, indiscutiblemente, es la sensación más terrible que te puede
transmitir un libro. Por aburrimiento, por repetitivos, por excesivos, por
raquíticos, por incomprensión, por desilusión, por inapetencia, por
desconexión. Conexión.
Eso
que se conoce como el “mundo” o “atmósfera” Murakami me ha parecido, con
demasiada frecuencia, la excusa perfecta para rellenar una página tras otra y
así disimular “que no tengo nada que contar”, insistiendo en los mismos
personajes, modelos y situaciones una y otra vez. Aún así, siempre le he
perdonado a Murakami el anterior “patinazo” y he tratado de reencontrarme con
su literatura, o la literatura con la que conecto, en todas sus nuevas
entregas. Buscando la conexión.
En esta relación tan particular que mantengo con Murakami, he de reconocer
que estoy atravesando lo que podría definir como una “temporada dulce”,
conectamos. Cualquiera de las entregas de 1Q84
me fascinaron, deslumbrantes en ritmo, narratividad, intuición, pulsión.
Sensaciones que se han vuelto a repetir con Baila,
Baila, Baila, que recientemente ha publicado en nuestro país Tusquets... sigue leyendo
3 comentarios:
No es extraño que sintamos una relación bipolar con determinados congéneres, o incluso con todos. ¿Por qué? Desde mi humilde punto de vista, porque todos tenemos temporadas de asueto y temporadas encrespadas.
Si al nuestro, le añadimos el periodo vecinal, puede suceder que, lo mismo que nos encanta su obra, su cuerpo, su casa, su… Lo que sea, nos repela.
A Murakami, también le sucede… Saludos, Ann@
Muy buenooo!!!!
Exactamente. Un mismo libro leído en dos periodos distintos nos pueden transmitir sensaciones completamente diferentes. Forma parte de la magia, de la vida!!!
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