sábado, 17 de mayo de 2008

RONALDO, EL ÚLTIMO ROMÁNTICO


¿Cuál es la verdad?


La verdad es que fui con unos amigos a cenar. Salí del restaurante en el que estábamos a las 4:30 de la mañana y cometí un acto estúpido. Había discutido con mi novia, estaba un poco triste pensando en muchas cosas y una chica se acercó a mi coche y contraté sus servicios. Después empezó toda la extorsión.


¿Qué sucedió entonces?


Fuimos a un motel y ella llamó a dos amigas. Cuando llegaron percibí que las dos amigas no eran mujeres sino hombres, travestis, y en ese momento les dije que no quería más. Ahí me empezaron a extorsionar.¿En qué consistió exactamente la extorsión?Me pidieron más dinero. Yo empecé a negociar con ellos para que no hubiera más problemas. Los propios travestis se han retractado luego en la comisaría de todo lo que dijeron. Era mentira y estas personas quisieron aprovecharse de mí para subir en la vida por el hecho de ser famoso. Yo no quería seguir con el servicio porque vi que no eran chicas.


¿Y cómo no se dio cuenta de que no eran chicas?


No supe que la primera chica era un chico y me equivoqué. Cometí la estupidez de contratar el servicio de una chica que luego además no lo era. Mi pelea con mi novia no justifica lo que hice. Al llegar a la habitación, cuando vinieron las otras chicas, me di cuenta de que no eran mujeres y dije que no quería seguir adelante. Ni me enteré de que la primera chica era un chico. Tan es así que esta chica ya tiene una demanda en contra de otra persona que contrató sus servicios. Porque no se pone en el sitio de los travestis y sí en uno donde están las prostitutas. Mi caso no es el primero, ella tiene una red de extorsión de este tipo y yo he sido una víctima.


¿Las chicas le amenazaron en algún momento?


Sí, me amenazaron con extorsionarme si no les pagaba 30.000 euros. Si no se los daba irían a la prensa a contar todo. En las investigaciones se ha confirmado que mientras yo estaba con estas chicas en la habitación el novio de una de ellas ya estaba en un periódico contándolo todo. Esto se ha sabido porque he peleado hasta la muerte por no ser víctima de una extorsión. Yo no he aceptado pagar una cuantía muy superior.


¿Pasó miedo?


Sí, porque soy una persona normal como usted y me han implicado en una situación que le puede pasar a cualquiera. Tuve miedo, pero me quedé muy triste porque fui muy sincero con ellas para no seguir con el servicio. Pagué a dos sin haber hecho nada. Ni siquiera me quise marchar sin pagar a pesar de que no había hecho nada. La actitud de una de ellas de extorsionarme me dejó muy triste.



Diario As

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