domingo, 13 de abril de 2008

MÁS DE CIEN BESTIAS ATRAPADAS EN UN PUNTO (fragmento)


Puede que en aquella cuadra no dieran de comer todos los días a los caballos, a lo mejor eso explica el mal genio de los animales, imposibles de montar la mayor parte de las veces, quien se atrevía acababa en el suelo, maltrecho, huesos rotos, puntos de sutura, eran más que habituales, un caballo cabreado es un mal bicho, es inteligente y te la juega a la primera, sabe disimular la rabia, la ira, parecer manso, y te traiciona cuando menos te lo esperas, algunas personas se comportan del mismo modo, qué barbaridad, no es lo habitual, por suerte, esto sería el peor de los infiernos, lo de los caballos de esta cuadra es normal, hasta un pura sangre tiene su parte oscura, su parte de animal animal, no sé si me explico, hablo de animales tal y como los hombres empleamos el término, como insulto, el despiadado juego de las palabras, y sus significados, animales a fin de cuentas, los hay con fama adquirida, como los cerdos, las mofetas y los delfines, no son famas parecidas, lo mismo sucede con las personas, con sus leyendas, y sus tiempos, con sus personalidades, transparentes y turbias, negras y blancas, obtusas y comprimidas, tantas personalidades como personas, individuos individuales, si sucede en los animales, por qué no habría de pasar de la misma manera en los hombres, o con los hombres, como se quiera decir, se nos supone, presupone, inteligencia, eso puede ser una ventaja, pero también una cruz, cruz, otra palabra juguetona, que te puede conducir a la confusión, a la confrontación, a una iglesia, con sus cirios y sus tallas, objetos varios con sus propios significados, de una iglesia robaron todos los cuadros y algunos santos, pobre don Germán, me acuerdo de él como si ahora mismo lo tuviera delante, el catálogo es muy amplio, a eso llaman diversidad, la convivencia entonces es más complicada, en las granjas tienes que separar a los animales, en gallineros, pocilgas o en cuadras, ahí es donde viven y conviven los caballos, alguna coz se escapa, reyertas de caballos, que duelen, que marcan las herraduras, qué barbaridad, los hombres también tienen sus marcas, y sus manías, unas cuantas manías determinan la personalidad de un sujeto, de cualquier sujeto, el sujeto es la persona, cualquier hombre, hay muchas manías, como ustedes comprenderán, conozco un tipo que jamás ha metido la cabeza bajo la ducha, y no huele mal del todo, antes me tenéis que matar, soportable en cualquier caso, se lava a trozos, lo curioso es que es marinero, se llama Bartolo, y cuenta cientos de historias cada vez que regresa a casa, el agua para las ranas, y para las culebras, para los bichos de los charcos, eso solía decir, hablo del tipo que nunca ha metido la cabeza bajo la ducha, se llama Bartolo, les puedo mostrar otro ejemplo, este es más raro, o más curioso, ahora soy yo el que jugueteo con las palabras, el de la siguiente manía es pariente, por parte de madre, primo lejano, de esos primos que se ven una o dos veces en la vida, en toda la vida, en algún entierro o boda, según, este pariente mío toca los pomos de las puertas tres veces antes de abrirlas, se llama Santiago, Tiago le llaman los amigos, es del Norte, yo no me meto en tus cosas, las puertas me merecen un respeto, el cielo y el infierno tienen sus propias puertas, qué pérdida de tiempo, no me extrañaría que la suya fuera una casa sin puertas, qué barbaridad, sería lo más práctico, e inteligente, inteligente como un caballo, esa es la fama, quién la habrá medido, me refiero a la inteligencia, aunque cuando no comen se enfadan, y mucho, le pasaría a cualquiera, es lógico, conozco otras manías, les cuento, algunas son muy íntimas y prefiero callar el nombre de sus propietarios, una amiga mía se pinta las uñas cada vez que se cruza con un gato, las uñas de los pies y de las manos, un trabajo, y de un color diferente en cada ocasión, según el estado de ánimo, qué barbaridad, rojas, verdes, amarillas, da igual, menos de negro se las pinta de todos los colores, con el tiempo se ha convertido en una manía pasajera, rápida, se las pinta muy rápido, ya tiene unos años, ella y la manía, y se ha cruzado con unos cuantos gatos, los gatos son bestias en estado puro, si midieran dos metros no quedaríamos hombres, menudo instinto, cazadores crueles, bestias de verdad, comparto la teoría del tamaño de los gatos, alguna vez lo he pensado, ahora me toca citar mi propia manía, una tonta manía, pero es mi manía, no me gustan los puntos, y pueden emplear la palabra en cualquiera de sus significados, no me gustan, los huyo, los escondo, los obvio y los maltrato, estas páginas que tienen entre sus manos son el mejor ejemplo, fiel testimonio, no les miento, una manía como otra cualquiera, y que ustedes ahora padecen, o gozan, según, para gustos colores, y hay gente para todo, frases que se suelen emplear en estos casos, también hay frases juguetonas, mi sobrino juega con las palabras y con las frases, se llama Juanfran, es hijo de mi hermana, mi hermana se llama Antoñita, como mi madre, tito, me dijo, no es lo mismo acostarse en una cama vieja que acostarse en la cama con una vieja, qué ocurrencia la del niño, sí que ha salido despabilado, y despierto, se llama Juanfran, es hijo de mi hermana, mi hermana se llama Antoñita, como mi madre, con las mismas palabras se construyen frases que son muy diferentes, que dicen cosas muy distintas, vaya qué sí, este niño siempre está con lo mismo, con las guarrerías en la boca, o comiendo, le tengo que esconder la comida, vaya mala bestia, no, mujer, tu hijo no es una mala bestia, malas bestias son las mías, las que tengo encerradas, no seas así con la criatura, si no sabe lo que dice, que no está en la edad todavía, los padres se suelen cabrear con los hijos, dicen que eso es una máxima que siempre se cumple, a veces no, las reglas y sus excepciones, yo creo que en lo de las bestias no hay excepciones, todas son unas bestias por méritos propios...



Más de cien bestias atrapadas en un punto (DVD Ediciones).

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