lunes, 24 de diciembre de 2007

Felices Fiestas

Una vez escribí un cuento de Navidad. Un abeto convertía sus ramas en plumas y terminaba siendo una especie de pavo. Con su estrella, sus luces y sus guirnaldas. Perdí el cuento en la décima avería de mi ordenador.
Suele pasar.
Los ordenadores son los albaceas de nuestra memoria.

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