No nos
olvidemos de los ejercicios para nuestra mente y espíritu, que son tan
importantes como los corporales. Mens sana in corpore sano.
Estoy recopilando, con esmero y dedicación, con infinita
paciencia, todas esas recomendaciones, consejos o prácticas de hábitos de vida
saludable que nos conducen a una vida más sana y, por tanto, extensa. Las velas
en la tarta se acumulan, comienzo a verle las orejas al lobo y hay que empezar
a plantearse esto, lo que sea y lo que dure, de otra manera. Ya sabe, nuevo
año, vida nueva, propósitos y enmiendas, todas esas cosas que se dicen por
estas fechas y que raramente cumplimos. Pero que yo este año que comienza voy a
cumplir, sí, esa es mi propuesta, el eslogan de mi campaña electoral y como
poco lo voy a intentar, claro que sí, con ahínco y decisión, con todas mis ganas.
Ya he recorrido camino, empinado y arenoso, muy jodido, que cumplo siete meses
sin fumar, que se dice pronto, que lo dice un fumador gozoso de serlo, que sigo
soñando con humo y cigarrillos, que tengo más monos que una reserva africana, y
es que es más dura y profunda la adicción de lo que podemos llegar a imaginar,
que el que la ha sufrido o sufre sabe de lo que hablo. Superada o muy superada
esta prueba, sigamos con las otras. Dicen que es recomendable beber dos litros
de agua al día, que te limpian y purifican, dicen que el té blanco nos
rejuvenece, que con medio litro es bastante, dicen que una cerveza al día es
sinónimo de salud, que una copa de tinto es más que recomendable y que otra de
güisqui es esencial para nuestro corazón. Zumo, no nos podemos olvidar, de
naranja y de granada, combinando vitaminas y efectos antioxidantes. También he
leído de los componentes positivos del café, que hay que tomar un par de ellos
al día, como poco, que es fenomenal para nuestro estómago. Si sumo todas las
bebidas, me salen cuatro o cinco litros diarios, y no cuento los meses de verano,
donde se recomienda la ingesta de gazpacho, que es un aporte vitamínico de
primer nivel. Lo intentaremos.
Ahora anotemos los alimentos. Hay que tener muy en
cuenta los de temporada, eso siempre, pero hay que compaginarlos con ciertas
reglas. Por ejemplo, comenzar el día con un poquito de magnesio y calcio, que
nuestros huesos nos lo agradecerán, Plantaben,
para el tránsito intestinal, bayas de goji, que tienen no sé cuántas
propiedades y semillas de chia, que
es la última moda; legumbres tres veces a la semana, dos veces pescado, verdura
y fruta todos los días, cinco piezas es lo recomendable, sobre todo entre horas.
Solo un día de carne, una rebanada de pan cada mañana, miel, nada de azúcar,
sal la justa, y qué más, seguro que se me olvida algo, que son muchas las
recomendaciones y los alimentos que nos benefician –y hasta nos eternizan-. El kiwi en ayunas, que no falte, que no se nos olvide. Por supuesto, aceite de oliva en vena, pasta sin
miedo, reducción progresiva de lácteos y demás grasas. Un puñadito de frutos
secos, fundamental. Seguro que me dejo algo en el tintero o, mejor, en el
súper, pero es que me queda mucho por enumerar. Prosigamos por la actividad
física, media hora de bicicleta todos los días, lo mismo de andar ligero, que
dicen es el mejor deporte y un par de días de natación; el yoga nos va a venir
de maravilla, que aprenderemos a relajarnos... sigue leyendo en El Día de Córdoba
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