No
sé si Balzac es el mayor creador que nos ha ofrecido la historia de la
Literatura. Que ha sido el más ambicioso, no me cabe duda. Su Comedia Humana es el proyecto más
amplio, global y complicado que un escritor se haya planteado hasta la fecha. Y
no es solo eso; es algo, mucho, más. Primera rueda del automóvil en el que
circula la narrativa que conocemos, chispa, llama, punto cardinal, faro, guía.
Origen. Y es que con Balzac la novela se ocupa de la vida, de lo rutinario, de
los mortales, con sus miserias y grandezas, baja a la tierra, se abraza a lo
real. Balzac, además, extendió esta naturalización de lo literario a su propia
existencia: “profesionaliza” la vocación o convierte el talento, la Literatura
en su caso, en una manera de ganarse la vida, en un oficio.
A
Balzac le puedes dedicar media vida lectora, y no es una exageración, y tener
la sensación de que no lo has leído todo. Con toda probabilidad, no se trate de
una sensación, sino de una certeza. A pesar de no concluir con la tarea que se
autoimpuso, arcadia utópica, la obra
de Balzac es amplísima, un interminable océano de historias y personajes, que
aún seguimos descubriendo, como si se tratara de un torrente inagotable.
Torrente,
una magnífica imagen para referirnos al título que nos ocupa, los Cuentos completos de la Comedia Humana.
Me atrevería a afirmar que la edición que Páginas de Espuma ha llevado a cabo
es uno de los grandes acontecimientos literarios de los últimos años. Por la
calidad del autor, incuestionable; por la detallada información adicional que
nos ofrece; por las anotaciones, por el objeto
libro en sí mismo. En este punto, la felicitación es extensible, como no podía
ser de otra manera, al magistral trabajo realizado por Mauro Armiño,
responsable de la edición y de la traducción.
En
el prólogo de estos Cuentos completos,
se compara la obra de Balzac con el alzado de una catedral. Un más que acertado
ejemplo, tengamos en cuenta que nos encontramos ante un autor y una obra de dimensiones
colosales, inmensa, como también se indica en el mismo prólogo, que
indudablemente se trata de la palabra más adecuada en este caso. Catedral, con
sus correspondientes naves laterales, donde cabría situar esta colección de
relatos de Balzac. 27 textos en total, si las cuentas no me fallan, en los que encontramos
al Balzac que nos retrata la soterrada vida de la provincia, las –frecuentemente-
turbias intenciones de los que acceden a la corte, las interioridades del
estamento militar, las alcantarillas de la nobleza, los desdenes de los
matrimonios, la obsesión por la posesión o la corrupción. Temas candentes en la
primera mitad del siglo XIX y que siguen estando vigentes, igualmente
candentes, en la sociedad actual... sigue leyendo en La Tormenta En Un Vaso
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