Han
sido días de listas, de muchas listas, y hasta de “sin listas”. Y no,
precisamente, de listas de regalos para la persona amada, ojalá. Pasó San
Valentín, con sus corazones almibarados y sus anuncios pegajosos, exhibiendo
mercadotecnia en el sentimiento más puro que debiera existir: el amor. Las
decorosas e indecorosas sombras esas. No hablaremos de San Valentín, no, y eso
que yo no soy uno de sus enemigos incendiarios. Después de que haya días
dedicados al agua, a los frikis, a las ballenas, a la sal yodada, al jamón y a
las almejas de carril, tampoco me parece tan descabellado que un día, por lo
menos un día al año, reivindiquemos el amor, ya puestos, ¿no? Pero hoy no toca
hablar de amor, o sí, que todo está relacionado, queramos o no. Puede que
hubiera alguien se sorprendiera con la denominada lista Falciani. A mí no me sorprendió.
Es más, no me extrañan los nombres más célebres que aparecen en ella. Tengamos
en cuenta que nuestro país, sí, el nuestro, permitió que se legalizara todo el
dinero, todo, escondido bajo los colchones, en paraísos fiscales o en cámaras
de seguridad. Es decir, el dinero B o
negro, el maldito taco, todas esas fortunas logradas
gracias a nuestra sanidad, la educación de nuestros hijos o a que soportemos
hipotecas a 35 años, ese dinero vergonzoso, se convirtió en un abrir y cerrar
de ojos en euros legales, con el mismo valor que esos pocos o muchos que usted
gana cada día con tanto esfuerzo. Nos abrumamos entre bromas de los
defraudadores, no tardaron en aparecer los primeros chistes y memes, somos así, es nuestro sentido del
humor. Peculiar y espontáneo. Si hasta el pequeño Nicolás es digno de broma, cuando
no de admiración, claro que sí. Yo, sin embargo, no le veo la gracia,
ninguna.
Listas de las distintas formaciones políticas. Hemos conocido el nombre
de las y los que se postulan como nuestros representantes en el Parlamento de
Andalucía, así como en los diferentes ayuntamientos. Listas de hombres y de mujeres
que representan a buena parte de las opciones ideológicas, o no. Yo soy de los
que defienden a capa y espada las ideologías, por supuesto. Porque existen las
ideologías, cada una con sus apuestas, propuestas y preferencias. Y, en
Democracia... sigue leyendo en El Día de Córdoba
No hay comentarios:
Publicar un comentario