Sencillo,
pulcro, eficaz y poderoso. Los cuatro adjetivos con los que calificaría la
narrativa de Sherwood Anderson y que, con toda probabilidad, son los cuatro
adjetivos a los que debería aspirar cualquier cuentista. Y así, uno a uno,
sencillos, pulcros, eficaces y poderosos son los trece cuentos que encontramos
en esta compilación, agrupados bajo el título del primero que aparece, y tal
vez el más brillante, y también desconcertante, Muerte en el bosque.
Si
en Literatura existe eso que conocemos como Justicia, cualquiera sabe lo que es
ya a estas alturas, no me cabe duda de que esta edición de Traspiés lo es. E
incluyo en el reconocimiento la traducción e introducción de Miguel Á.
Martínez-Cabeza, soberbias en claridad, precisión e intención. Artista menor o
escritor secundario son algunas de las injustas denominaciones que hemos
encontrado para definir a Anderson a lo largo de los años, cuando es un ejemplo
de autor a recuperar, sepultado injustamente por la novedad, por la actualidad,
por las modas y hasta por los que siguieron su camino.
En
Muerte en el bosque, así como en el
conjunto de su obra, Sherwood Anderson nos muestra la extrema aspereza de la
vida en la montaña, el sabor del güisqui destilado en oscuros graneros, la
soledad de un nevado invierno en la cabaña, la paciencia del pescador de
truchas o el esclavista trabajo en las plantaciones de algodón. Pocos autores
han reflejado la América rural, la más profunda, la que hunde sus pisadas en la
tierra, con tal nitidez y realismo. Pero, sin embargo, Anderson fue mucho más
allá, y nos contó, a través de su obra, el transito de esos agricultores y
ganaderos a las grandes ciudades.
Y
asentados en las grandes ciudades, los personajes de Sherwood Anderson se
enfrentan y desarrollan nuevas casuísticas, en consonancia con el hábitat al
que se han incorporado. Novedosos problemas de pareja, la ambición por la
posesión, la carrera por hacerse con una “posición social” destacada, el
vendaval de las tendencias, la falta de identidad, la desconocida y
desgarradora soledad de la gran ciudad.
Los
relatos de Muerte en el bosque nos
muestran esa transición, esa revolución o éxodo, la conformación de una nueva
sociedad y, por tanto, de un país. Sencillo, pulcro, eficaz y poderoso, y
preciso en el retrato, la narrativa de Anderson se sumerge en las inquietudes y
vacilaciones de sus personajes, y nos ofrece ese otro lado que habitualmente
permanece en la intimidad, oculto de nuestras miradas.
Lee la Doble Mirada en La Tormenta En Un Vaso
No hay comentarios:
Publicar un comentario