Días de maletas, viajes, playas, tiempo propio... No olvide los libros, esa inmensa compañía.
Leer
es otra forma de viajar. Sin necesidad de engordar maletas, sin llenar de
combustible el depósito de nuestro automóvil, sin tarjeta de embarque. Gracias
a la lectura nos adentramos en otras vidas, recorremos caminos que
desconocíamos, representamos nuestros sueños, crecemos, sí, crecemos. Cuando me
dispongo a preparar mis vacaciones, le dedico mayor tiempo a los libros que me
habrán de acompañar que a los pantalones o camisas que me he de poner. Leo
durante todo el año, pero en este tiempo disfruto más haciéndolo, sin una
reseña pendiente, por puro placer, seleccionando aquellos títulos que realmente
me apetecen. Quejica permanente, debo de reconocer que los últimos meses me han
deparado lecturas muy atractivas, suculentas, y que algunas de ellas viajarán
en mi maleta para volver a retomarlas sin esas prisas que la rutina nos mete en
el cuerpo, y en nuestras vidas, con demasiado frecuencia. Comparto esas
lecturas, por si acaso aún se sigue pensando ese libro que leer en las próximas
semanas. Comienzo por Yo confieso de
Jaume Cabré. Emotivo diario de los años vividos por Adrià, algunos de ellos
bajo la tempestad de la Historia, desde una tienda de antigüedades. Novela de sólida
arquitectura, que nos habla del dolor, de la emoción y del recuerdo. Telegraph Avenue, de Michael Chabon.
Sigamos con las distancias largas, y en este caso detengámonos en este narrador
de largo recorrido. Chabon es de esos escritores que muestran camino, un
adelantado, un visionario tal vez. En su última entrega nos ofrece una visión
radiográfica del mundo en el que nos encontramos a partir de una pequeña tienda
de discos, en la que no cesa de sonar buena música negra. Recientemente
traducida a nuestro idioma, The Wanderers
es la novela que Richard Price, al que todos conocemos por ser el guionista de
la exitosa The Wire, publicó con
apenas 24 años. Pandillas, tribus, exclusión y juventud frenética en esta obra
de pulso y latido grave.
El siguiente título que recomiendo, Medea
en los infiernos, del joven autor sevillano Diego Vaya, debo reconocer que
me produjo cierto estupor cuando lo tuve entre mis manos, ya que se trata del
XVIII Premio Universidad de Sevilla de Novela, y yo tuve la suerte de ser el I,
cosas del tiempo. Diego Vaya nos ofrece una estupenda y atrayente historia
sobre el peso del pasado, las emociones insatisfechas y la construcción de un
futuro a partir de la nada. Concluyo el apartado novelístico, a pesar de que lo
publiciten como un libro de relatos, con Así
es como la pierdes, del dominicano establecido en USA, Junot Díaz. Una obra... sigue leyendo en El Día de Córdoba
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