En estos tiempos ingratos y devastadores estamos
asistiendo a la destrucción y desmantelamiento de lo que durante dos décadas
hemos conocido –y ahora nos dicen que también “disfrutado”- como Estado del
Bienestar. Sanidad, Educación y Protección Social universal, pública y
gratuita. Pero yo ampliaría el concepto de Estado del Bienestar e incluiría,
porque es lógico hacerlo, el avance que en este tiempo se ha producido en el
Deporte, con la indiscutible mejora de instalaciones, en la Investigación,
donde somos una referencia –aunque pronto dejaremos de serlo-, en Medio
Ambiente, que ha pasado de ser un adorno casi superfluo a una prioridad, o en
Cultura, que si bien nunca ha dejado de ser el área peor tratada en cualquier
presupuesto público, hemos de reconocer que durante los últimos años se han
creado multitud de eventos, se han potenciado sus espacios y se han
multiplicado las acciones y las oportunidades. Nuevamente, puestos a
prescindir, y no sólo me refiero a las administraciones públicas, que también,
las empresas privadas, las fundaciones y hasta nosotros mismos como
consumidores hemos comenzado a recortar por la Cultura. Seguimos creyendo que
es de lo primero que podemos prescindir, seguimos sin reconocerla y, sobre
todo, disfrutarla como un elemento de primera necesidad. Sin apoyo público y
sin consumo privado es imposible mantener el sector cultural –o cualquier otro
sector-, y cada día un nuevo nombre, una editorial, un medio de comunicación,
una sala de arte o una discográfica, se añade al parte de bajas y nos anuncia
su desaparición. Y estas bajas deberíamos asumirlas como un fracaso social, ya
que nos empobrecen como colectividad, nos hacen peores.
La pasada semana, Sergio Gaspar, director, fundador,
propietario, alma y no sé cuántas cosas más de DVD Ediciones, remitió un correo
electrónico anunciando la desaparición de la editorial para el próximo otoño.
La noticia, y me coloco bajo la piel de lector, me parece terrible, ya que DVD
Ediciones cabe entenderse como el escaparate, la referencia y hasta la cuna de
las propuestas literarias españolas más interesantes de las dos últimas
décadas. La obra completa de Pablo García Casado, poemarios de Manuel Vilas,
Agustín Fernández Mallo, Elena Medel, José Daniel García, Antonio Lucas, Jorge
Riechman o Luna Miguel, o magníficas traducciones de Bukowski, Simic o Dylan
Thomas forman parte del amplio catálogo de esta editorial que desde sus
comienzos se convirtió en una ventana abierta, aire fresco y nuevo, de la
Literatura española e internacional. Sergio, además de los títulos
individuales, tuvo la habilidad de publicar dos de las antologías más
interesantes de los últimos años: Feroces y Golpes, en las que un
buen número de poetas y narradores tuvimos la oportunidad de mostrarnos al
exterior. Porque aunque se haya destacado siempre la vertiente poética de DVD
Ediciones, no nos podemos olvidar de su apuesta por la narrativa. Y ahí podemos
encontrar los nombres de Vicente Luis Mora, Javier Sebastián, José Luis Cancho.
Pérez Álvarez o Diego Doncel.
Además, Sergio Gaspar y DVD Ediciones han constituido un faro para un
sinfín de nuevas editoriales, convencidas plenamente de un modelo caracterizado
por la independencia, la calidad y la contemporaneidad. Como autor, qué
decirles, el sentimiento que me acoge es el de orfandad. He publicado tres
novelas en DVD Ediciones, que es un dato meramente numérico, las que me
supusieron adquirir una nueva dimensión, coger músculo, ser más yo. Pero por
encima de la edición, Sergio Gaspar ha ejercido sobre mí una influencia
decisiva, ya que nos encontramos ante uno de los últimos editores de la
Literatura española. Editor en el sentido amplio e histórico de la definición.
Un confidente, un amigo, un corrector, un tutor, el crítico más severo, un
psicólogo, un representante, un estímulo, todo eso y mucho más ha sido Sergio
Gaspar en mi trayectoria literaria. Le debo mucho, muchísimo a DVD Ediciones y,
por tanto, a Sergio Gaspar, ya que en este caso hablamos de sinónimos
perfectos. No soy capaz de predecir cuál sería mi situación actual, si no
habría arrojado la toalla, si podría haber tenido acceso a otras editoriales
que han contemplado mi paso por DVD como un factor determinante, muy positivo.
Seré escritor el resto de mi vida, qué remedio me queda, es una enfermedad
incurable, y siempre la huella y el aliento de Sergio Gaspar permanecerá a mi
lado. Y no soy el único.
El Día de Córdoba
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