Entiendo la política, y por tanto a los políticos, como un
elemento de servicio público. Entiendo la Democracia como un contrato con la
clase política que nos representa. Contrato que se renueva, si no se adelanta
la convocatoria, cada cuatro años, mediante consulta popular, en las urnas.
Voto a voto. En unos días tenemos cita con las urnas, debemos escoger al que
habrá de ser el próximo presidente, en masculino, ya que no hay una candidata
femenina en los partidos mayoritarios. El contrato que antes citaba, los
partidos políticos que concurren a las elecciones lo simplifican en su programa
electoral. Si tuviéramos en cuenta ese contrato, y haciendo un símil casi
empresarial, el Partido Popular debería cosechar una contundente derrota, ya
que ha incumplido buena parte de lo que prometió a sus votantes en el programa
electoral. Y es que en sus cuatro años de Gobierno hemos asistido y padecido
una elevada subida de impuestos, y dijeron que no los subirían, merma de los
derechos sociales conquistados, y aseguraron que no habría recortes, así como a
una precarización de nuestro sistema laboral, que también callaron. Tenemos
mucho menos que hace unos pocos años, mucho menos, en todos los sentidos, en
todos los ámbitos de nuestra vida. Y no vale con ese viejo y falso argumento de
“podría haber sido peor”, porque yo no quiero imaginar cómo habría sido ese
“peor”, que tal vez no hubiera sido. Como tampoco puedo imaginar más casos de
corrupción, de Bárcenas, Rato y compañía, que los que hemos contemplado y
sufrido en estos cuatro años. Casos que no han tenido consecuencias, sin coste
alguno, porque nadie ha asumido su parte de culpa. Cuatro años más de plasma y
mentiras, no, por favor.
Y para rematar la faena de estos terribles cuatro
años, y amparándose en la estrategia más descarada que hayamos contemplado en
nuestra Democracia, el Partido Popular
convoca elecciones generales, se lanza a renovar su contrato con la
ciudadanía, en plenas navidades, en una fecha absolutamente inusual. Un tiempo
en el que es complicado movilizar al electorado, en el que hay multitud de
desplazamientos. Hablando de desplazamientos y de personas fuera de su
domicilio habitual: ¿no les llama la atención que la campaña publicitaria de
voto por correo haya comenzado tan tarde y sin apenas presencia en los medios
de comunicación? Suma y sigue. De la misma manera, estoy seguro que todos los
trabajadores de la administración central cobrarán su paga extraordinaria antes
del 20 de diciembre, pero será por casualidad, se admiten apuestas. Y es que
todo vale cuando no se ha cumplido con el programa presentado a la ciudadanía.
Todo vale de un presidente que envía sms de apoyo a corrupto... sigue leyendo en El Día de Córdoba
No hay comentarios:
Publicar un comentario