Leer------>conocimiento------->vida-------->libertad. El mayor antídoto contra el pensamiento único. No dejes de leer!
Cada
día tengo más claro que la lectura es uno de los ejercicios que más libertad
nos proporciona a lo largo de nuestra vida. De hecho, considero a las
bibliotecas, a las librerías, como auténticos espacios de libertad. Más que
nunca es necesario leer, descubrir otras realidades, contrastar opiniones,
formarnos, enriquecernos, vivir y crecer. En mi caso, al menos, mientras más
preso e incómodo me siento en esta dura e interminable realidad que nos ha
tocado vivir, o mejor padecer, más me entrego a los libros. ¿Huida? Tal vez,
necesito sentir que no todo es como lo contemplo, que existen otras ventanas a
las que asomarse y que éstas me ofrecen imágenes y perspectivas completamente
diferentes. La lectura es el mayor antídoto contra el pensamiento único. En los
últimos días, dos libros y un evento, me han reafirmado en esta creencia, he
vuelto a sentir esa capacidad que la lectura –los libros- despliega ante
nuestros ojos. Como cada otoño, y en esta ocasión más allá de la metáfora, ha
llovido de verdad, recibimos en Córdoba la visita del hombre del paraguas,
anunciándonos que Cosmopoética cumple una nueva edición. Un agradable empacho
poético, que no necesitará de bicarbonato o Almax,
no, todo lo contrario, se trata de una digestión agradable, nutritiva y
saludable. "Todo es poesía. La
poesía está en lo más pequeño y en lo más grande. En lo pequeño sobre
todo", indicó esta pasada semana García Baena, uno de los nombres propios
de esta edición. Plenamente afianzada en el calendario cultural de nuestra
ciudad y país, Cosmopoética es el mejor y más transparente escaparate de la
poesía, un espacio privilegiado en el que disfrutar, compartir, aprender y
relacionarse. Que se siga celebrando, en estos tiempos de desprecio constante a
la cultura, ya es una buena noticia, pero el que siga demostrando ese nervio,
esa capacidad por reinventarse, es digno de elogio.
Cosmopoética nos muestra la imagen verdadera del creador, no somos tan
extraños, no somos tan diferentes, cobijamos bajo nuestra piel los mismos
anhelos y preocupaciones. Un ejercicio más de lo que entiendo como
“naturalización de la literatura”. Leer no debe considerarse nunca como un
ejercicio exclusivista o lejano, debe ser uno más de los elementos de nuestra
vida cotidiana. Durante varios días he estado visitando Canadá de la mano del novelista Richard Ford. Siempre es un placer
adentrarse en las historias de este autor, placer que se acrecienta en su
último título, y que les recomiendo por diferentes motivos... sigue leyendo en El Día de Córdoba
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